Suma y sigue. Oscar Tabárez llegó en Lima, en el amistoso de fecha FIFA ante Perú (madrugada del martes al miércoles hora peninsular española, a las dos centenas de partidos con la selección mayor de Uruguay. Cifra record a nivel de entrenadores de combinados nacionales. Por citar una pauta, el mítico alemán Sepp Herberger dirigió 167 veces a los teutones.
Tabárez dirigió en dos períodos a la celeste. El 27 de setiembre de 1988, con 41 años, fue su primer partido, ante Ecuador. Este primer ciclo se cerró en el Olímpico de Roma ante Italia por el Mundial 1990.
El segundo gran período arrancó en el 2006, hace más de 13 años. Se inició en Estados Unidos, en New Jersey, amistoso ante Irlanda del Norte, el 26 de junio.
Cuatro Mundiales, seis Copas América
El análisis puede ser cuantitativo o cualitativo. Los números no mienten, mienten los que hacen números, decía un histórico dirigente uruguayo. Pero hay números demasiado gráficos como para ser discutidos.
Uruguay marcó historia en el comienzo de los Mundiales. Fue campeón en 1930 y 1950, y de las primeras diez Copas, jugó siete, estuvo ausente en 1934 y 1938 por decisión propia, y sólo quedó afuera en las Eliminatorias para Suecia 1958.
Pero después cayó. En los siguientes ocho Mundiales, desde Argentina 1978 hasta Alemania 2006, de ocho sólo estuvo presente en tres, en uno de ellos con Tabárez como entrenador en Italia 1990.
En los tres últimos, parte de este último ciclo, Uruguay volvió a estar presente y fue protagonista. Semifinalista en Sudáfrica 2010, eliminado en octavos en Brasil 2014 pero en medio del impacto por la sanción a Luis Suárez, y quinto en Rusia 2018.
Uruguay, protagonista con Tabárez
Con Tabárez, y aquí el juicio cualitativo, Uruguay volvió a los Mundiales, los jugó y fue parte importante. Ganó prestigio, con jugadores de nombre mundial, los Suárez, los Cavani, los Godín, los Forlán, los Lugano, pero todo bajo la conducción y la égida del Maestro, que seleccionó y fue moldeando el grupo a lo largo de estos últimos 13 años.
En materia de Copa América, inició su carrera con el subcampeonato en Brasil 1989, luego semifinalista en Venezuela 2007, campeón de América en Argentina 2011, eliminando en su casa a la albiceleste de Messi, y por último Chile, Estados Unidos y Brasil 2019, con los sinsabores de no haber podido llegar a definir entre los semifinalistas.
La historia juzgará al Maestro Tabárez cuándo ya no esté, porque siempre ha sido cuestión complicada juzgar a contemporáneos. Hoy, el inevitable desgaste que genera el tiempo transcurrido, ha elevado en Uruguay quienes cuestionan al entrenador, sin olvidar que también existe un porcentaje muy importante que valoran todo lo hecho.
Más allá de gustos futbolísticos, y malhumores del entrenador a la hora de responder a la prensa local, no a la extranjera, estos 200 partidos de Tabárez reflejan la solidez de un entrenador que supo sobreponerse a los vaivenes políticos deportivos en Uruguay (en estos últimos 13 años hubo siete presidentes de la Federación Uruguaya), la inteligencia de quién supo moldear a un grupo de jugadores de élite, y la consistencia de quién devolvió a Uruguay el protagonismo en los Mundiales y un prestigio bien ganado.
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