En todos los grandes certámenes suele haber un denominado ‘Grupo de la Muerte’, formado por dos o tres de los favoritos. En esta ocasión, este apelativo adquiere su máxima exponencia al estar encuadradas en el Grupo
F las dos últimas campeonas del mundo, Alemania (2014) y Francia (2018) y la vigente campeona europea, Portugal (2016). A priori, la perita en dulce debería ser la Hungría de Marco
Rossi, que ha conducido a la selección magiar a su primer gran torneo en 44 años.
Un cartel de auténtico lujo
Sin Dominik
Szoboszlai, su gran estrella y héroe, el combinado húngaro debutará ante Portugal el próximo martes 15 (18.00 horas), en lo que será la antesala de un partido con sabor a final entre las dos últimas campeonas mundiales. La Francia de Didier
Deschamps y la Alemania de Joachim
Löw se verán las caras en el Allianz Arena de Múnich (21.00 horas) en un duelo con un cartel de auténtico lujo, en el que coincidirán varias de las estrellas más radiantes del firmamento europeo. Kylian Mbappé, Antoine Griezmann, los madridistas Kroos y Benzema, Joshua Kimmich, Paul Pogba… La lista es interminable.
Es difícil discernir cual de las tres es favorita, aunque como ya sucedió en 2016, el nuevo formato de 24 equipos permite que pasen cuatro de las seis terceras clasificadas en la fase de grupos y que, en este caso, estas tres superpotencias puedan avanzar hasta octavos de final, con Hungría intentando dar la sorpresa.
El gol de Éder en el recuerdo
Sea como fuera, en este ‘Grupo de la Muerte’ hay una certeza: el gozo del aficionado neutral, que podrá disfrutar de hasta tres partidos (Francia-Alemania, Portugal-Alemania y Portugal-Francia) dignos de una finalísima en primera fase. Este último supondrá la reedición de la final de 2016, en la que las quinas sorprendieron a los galos, anfitriones, y alzaron la primera Eurocopa de su historia gracias al gol de Éder en el 109’ de la prórroga.
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