El influyente hermano en la sombra de Charlène de Mónaco

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Hay mucha literatura sobre el peculiar matrimonio de Alberto de Mónaco y Charlène Wittstock, del que el pasado día 1 se cumplieron nueve años. El foco está puesto en las condiciones que la princesa de Mónaco impuso antes de su enlace. Una de ellas que su familia estuviera cerca. Durante el largo noviazgo de la entonces nadadora y el príncipe eran frecuentes sus viajes a Sudáfrica para estar con ellos, tanto que la luna de miel la pasaron allí aunque en hoteles separados. Alberto asistía a una reunión del Comité Olímpico Internacional (COI) y ella disfrutaba de los suyos. Por eso, tras la boda Charlène dispuso que su hermano Gareth se mudara al Principado. Tiempo después de unió Lynette, la madre de ambos. La presencia de ellos inicialmente fue discreta pero con los años Gareth se ha convertido en un personaje influyente por el acceso que tiene a los príncipes y por su gusto por la vida social. En algunos círculos se le conoce como el conde Mónaco e incluso se atreve a asomarse al balcón del palacio en las grandes ocasiones, eso sí, a algunos metros de distancia de los Grimaldi, que le observan con recelo.Gareth Wittstock trabaja en la fundación de Charlène, a la que además acompaña en muchos actos oficiales junto a su esposa, Roisin Gavin, en el pasado modelo ocasional. Nacido en Bulowayo, Sudáfrica, como su hermana, comenzó allí su carrera como ingeniero informático siguiendo los pasos de su padre. Pero tras instalarse en el Principado no tiene otro trabajo conocido que no sea estar cerca de la princesa. Junto a Roisin se ha convertido en una de las parejas de moda de Mónaco y se pasean juntos por todas las citas importantes desde el Gran Premio de la Fórmula 1, al Baile de la Cruz Roja e incluso saludan desde el balcón de palacio el Día de la Fiesta Nacional.Dentro de su trabajo en la Fundación Princesa Charlène de Mónaco, donde es secretario general, ha colaborado en un nuevo proyecto, el Ferrari Strong Together #54, diseñado por el hermano de la princesa. Este modelo participó en la primera edición de las 24 Horas de Le Mans Virtual. El LM GTE Strongtogether fue conducido por tres pilotos profesionales: Felipe Massa, Giancarlo Fisichella y Francesco Castellacci, junto con el piloto Tony Mella. A lo largo de la carrera, el público fue invitado a hacer donaciones para la lucha contra el coronavirus y el acceso universal a la vacunación. Fue una de las primeras salidas de la familia real después del período de encierro que fue particularmente complicado ya que el Alberto II se vio afectado por el virus y tuvo que mantenerse alejado de su esposa e hijos durante varias semanas para protegerlos.En las últimas semanas la pareja se muestra más afectuosa que nunca. Su amor siempre ha estado bajo sospecha y su matrimonio cuestionado desde antes de que se celebrara. Primero fueron los rumores de que Charlène había intentado huir del Principado días antes de su boda y que finalmente terminó por firmar un acuerdo prematrimonial según el cual se comprometía a pasar cinco años al lado de Alberto y darle un heredero. Después los rumores, prácticamente confirmados por el mismo príncipe, de que ambos habían pasado su luna de miel en hoteles diferentes “por motivos prácticos”. Más tarde la llegada de sus hijos, los gemelos Jacques y Gabriella, tras cuyo nacimiento la princesa manifestó: “Me siento feliz, aliviada, orgullosa y muy emocionada”. Y más adelante sus sonadas ausencias de muchos actos oficiales, su escasa relación con las hermanas de su esposo, especialmente con Carolina de Mónaco, y su rostro casi siempre triste y meditabundo. Pero siempre a su lado estuvo su hermano Gareth.La princesa aprovechó la celebración del día del Padre, que en algunos países es el 21 de junio, para publicar un mensaje en la cuenta de Instagram de su fundación PCMF South Africa que sorprendió a todo el mundo: “Si Alberto I era el explorador y el príncipe Rainiero III, el constructor, Alberto II es el príncipe del corazón… de mi corazón”, escribió Charlène.En 2013 Gareth y Roisin fueron padres de Kaia Rose, su primogénita, nacida en el hospital Grace, el mismo en el que vinieron al mundo los príncipes herederos Jaques y Gabriella. Los padrinos de bautizo de la niña fueron los príncipes Alberto y Charlène y la ceremonia se realizó en el Principado. Dos años después la pareja se casaba.De la buena relación de los dos hermanos hay más pruebas, Garteh ejerció de padrino en el doble bautizo de los mellizos de Charlène. Él lo fue de Gabriella, un papel compartido con la sudafricana Nerine Pienaar, esposa del exjugador de rugby François Pienaar.Charlène y Gareth tienen otro hermano, Sean, que de momento vive alejado de la vida de palacio.


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