El Inter se atasca en Udine y no aprovecha la derrota del Milan

Querer no es siempre poder. Eso quedó reflejado esta tarde en el Stadio Friuli, hogar del Udinese, donde el Inter se quedó con las ganas de una victoria pese a intentarlo por césped, balón y aire.

Los de Conte no pudieron desmontar el entremado defensivo del conjunto norteño pese a que tuvieron el balón atado al pie durante todo el partido y terminaron por no aprovechar la derrota del Milan en casa que les sigue colocando segundos en la Serie
A.

Intención desde el principio

Como todo buen amante del Calcio esperaba antes del partido, el Inter comenzó dominando en Udine. No acusó aquello de jugar fuera de casa e implantó su fútbol con Barella al mando de la tropa. Lo que ocurrió es que lo hizo sin ideas. Llegaba a la frontal del área con las luces apagadas y eso en Italia muchas veces sale caro. Solo Lautaro Martínez hizo por buscarse las castañas pero entre el VAR y el portero local, Musso, se las negaron.

Con el empate a nada se llegó al descanso. Partido áspero. Sin goles y sin ocasiones demasiado claras que obligaban a ‘tirar’ de literatura para desmigar lo que habían ofrecido los dos equipos en los primeros 45 minutos.

Morir matando

Ya en la segunda parte, el Inter, perseguido por las urgencias de la victoria, dio incluso otro paso hacia delante y se volcó en ataque. Mucho juego por bandas, centros laterales y disparos de media distancia, pero todos terminaban con el mismo resultado: el Udinese imbatido. Y es que los locales, que sufrían, no lo reflejaban en el marcador y, de vez en cuando, tenían también las suyas que tampoco concretaban entre palos.

A todo esto el reloj no perdonaba y obligaba al Inter a quemar todas las naves: Alexis
Sánchez, Perisic, Sensi… pero ni con esas. Nadie conectaba con Lukaku, que fue una isla en la defensa blanquinegra durante los 90 minutos. Tuvo tardes mejores el belga.

Y así, con el Inter matando pero muriendo y Conte expulsado, los neroazzurros tropezaron en Udine dejando escapar la victoria, el liderato y un fin de semana con inmejorables vistas en lo más alto de Italia.


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