Los huevos van del supermercado situados en un lugar a temperatura ambiente, a casa, directamente en la nevera. Este cambio de rumbo se debe a una serie de elementos que influyen directamente en la correcta conservación de este ingrediente que quizás no conoces bien. Los huevos son un elemento de lo más delicado y deben tener una conservación que evite algunas bacterias y problemas mayores. Toma nota de lo que los supermercados callan, aquí es donde debes guardar los huevos en casa nada más llegar para que no se estropeen.
El lugar donde debes guardar los huevos según los supermercados
Los supermercados guardan los huevos a temperatura ambiente, eso quiere decir que al igual que otros productos, deberíamos dejarlos también fuera de la nevera. Aunque la realidad, es que no es así, al contrario. Lo primero que hacemos al llegar a casa es ponerlos rápidamente en la nevera y evitar así un problema mayor.
Los huevos son uno de los alimentos que más fácilmente puede contaminarse a través de distintas bacterias. La salmonella es su peor enemiga y puede darse en algunos alimentos y llegar hasta los huevos fácilmente. Especialmente con temperaturas inestables. En la nevera tenemos la seguridad de que los huevos están siempre a una temperatura constante, al igual que sucede en el supermercado.
También debemos tener en cuenta que estamos ante un tipo de alimento que puede comerse crudo. El alioli o alguna de las salsas que usamos en el día a día como la mayonesa llevan huevo crudo. Las bacterias no pueden soportar altas temperaturas con lo cual, la forma en la que cocinamos este alimento es importantísimo.
Dejarlos fuera de la nevera también los expone muy fácilmente ante cualquier riesgo, especialmente si los dejamos fuera de la protección de la huevera. Allí están más protegidos, en caso de no usarla, siempre es recomendable que estén en un túper adecuado, para que estén más seguros.
Especialmente en verano que es el momento en el que las bacterias pueden proliferar más es cuando debemos estar preparados para asegurar los huevos. Es decir, tenerlos siempre en la nevera, especialmente en el interior y no en la puerta, que estén protegidos de los cambios de temperatura que pueden ser fatales. Evitarás algunas molestias intestinales en forma de bacterias que pueden ser graves.
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