El Real Madrid espabiló a tiempo para sellar sobre la bocina una angustiosa clasificación a los octavos de final como primero de grupo. De nuevo, cuando la exigencia era máxima porque una sonrojante eliminación a las primeras de cambio sobrevolaba el estadio Alfredo Di Stéfano, Zinedine Zidane y sus jugadores esquivaron una bala de plata con una actuación convicente.
En caso de caer en la fase de grupos, la hecatombe hubiese provocado una crisis de consecuencias impredecibles pero que a buen seguro se hubiese llevado por delante al entrenador francés, que de nuevo sale sano y salvo de una situación ‘a vida o muerte’.
La victoria alivia al equipo blanco y le despeja el panorama de cara a las rondas del KO. En el horizonte esperan Lazio, Atalanta, Porto o Leipzig, rivales peligrosos pero nada que ver con los miuras del Bombo 1 que pudo esquivar el Madrid. Es la primera vez que el conjunto blanco pasa como primero de grupo con Zinedine
Zidane a los mandos, algo que parecía un quimera porque el Madrid se empeñó en complicarse la vida desde el arranque de la competición. Ya parecen lejanos (y olvidados) los tropiezos ante Shakhtar (2-3) y Gladbach (2-2) en las dos primeras jornadas. Quién sabe qué hubiese ocurrido si Ramos y Casemiro no llegan a aparecer en los últimos instantes para evitar la derrota ante el Gladbach cuando el Madrid ya se veía con dos derrotas en su casillero. O dónde estaría el Madrid ahora si Rodrygo no hubiese rescatado a los blancos marcando el 3-2 contra el Inter en el 80’.
Clasificado finalmente como primero de grupo, cabe preguntarse ahora por qué el Madrid no luce esta versión con continuidad, pues a la hora de la verdad siempre ha dado la cara este curso (Gladbach, Sevilla, Inter de Milán, Barcelona) mientras que se ha complicado la vida en los partidos más inhóspitos (Alavés, Cádiz o Shakhtar).
El Madrid se tomó el choque como lo que era, una final a vida o muerte, y ahí emergieron jugadores comoSergio Ramos, Toni Kroos, Luka Modric y Benzema, expertos en una competición que no tienen secretos para ellos. Con el mono de trabajo puesto y concentrados al máximo, los blancos se pusieron 1-0 y allí se allanó su camino a octavos.
Ayudó mucho la parsimonia del Gladbach, un equipo sin chicha en Valdebebas que jugó especulando todo el encuentro, pendiente de lo que sucedía entre Inter y Shakhtar en Milán. En esta ocasión el fútbol no castigó finalmente la mezquindad del conjunto alemán porque en el otro duelo ambos contendientes se anularon. El Gladbach, una sombra del equipo dinámico y alegre que marcha con paso firme por la Bundesliga, pasa a octavos como segundo de grupo. El Shakhtar se consuela con la clasificación a la Europa League a pesar de quedarse a un solo gol de pasar como primero y el Inter consumó su enésimo fracaso continental quedando último de grupo
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