El Málaga remata la faena ante el Athletic en Lezama (3-3)

La Copa de Campeones de juveniles ya es historia para el Athletic tras el 3-3 en Lezama ante el Málaga. Los rojiblancos, que venían de perder 2-0 en la ida, sucumbieron en su intento de remontar en casa frente a un rival mucho más hecho y con jugadores con mayor experiencia. Un gol madrugador en cada uno de los dos tiempos del delantero Loren facilitó más las cosas al conjunto andaluz.

Los cachorros trataron de ser fieles a su idea futbolística de principio a fin. Los malacitanos, con la lección bien aprendida, apretaron mucho y bien en la salida de balón desde atrás de los locales y aprovecharon su efectiva presión para marcar a las primeras de cambio. Gerenebarrena no acertó a dar bien el balón a un compañero y entre Roberto y Loren, a modo y manera de la ida pero con los papeles de asistente y goleador cambiados, hicieron el 0-1 en el minuto 7.

Los de Imanol de la Sota, lejos de tirar la toalla, siguieron a lo suyo, aunque sin excesiva precisión y con pocas llegadas. La insistencia rojiblanca, así y todo, dio sus frutos en forma de gol del empate obra de Unai Gómez a buen pase de Luis Bilbao. Un remate de cabeza al larguero de Sollano poco antes del descanso sirvió como cierre a este primer tiempo.

El Athletic tenía todo el segundo tiempo para buscar la remontada, pero Loren nada más volver a ponerse el balón en juego firmó el 1-2. Los rojiblancos, pese a todo, no cesaron en su intento de buscar la bien protegida portería del Málaga. Nacho Pérez, míster visitante, empezó a refrescar a su equipo a base de cambios a partir de ahí.

La tenacidad local dio para volver a empatar en torno a la hora de juego tras un penalti, por manos de Andrés Caro, que transformó Ibai Sanz. Los blanquiazules, con más hombres de refresco en sus filas, supieron apretar los dientes atrás y aprovecharon una de sus contadas llegadas ante el marco de Padilla para firmar el 2-3. Larrubia lo hizo a la perfección.

Los de Imanol de la Sota, con varias caras nuevas también en sus filas, fueron siguiendo fieles a su idea y consiguieron empatar poco después por medio del recién salido Aimar Peña. La reacción bilbaína no dio para más frente a un rival con cerca de media docena de jugadores que ya saben lo que es competir en el fútbol profesional.

El Athletic se despidió así en cuartos de final de la Copa de Campeones. Las nuevas medidas establecidas en la lucha contra el coronavirus permitieron esta vez que poco más de dos centenares de espectadores siguiera el encuentro desde las gradas de Lezama.


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