Messi vuelve a disfrutar, del fútbol y de la vida. Después de todo, París no está tan mal. El tiempo pone todo en su sitio y el astro argentino ha aprendido a ser feliz fuera de su burbuja de Castelldefels. En apenas un año ha pasado de sentirse desnortado a ser el norte de un PSG que vive de sus pases y de sus goles, afianzado en lo alto de la clasificación en liga y con la perspectiva de quedar primero de grupo en Champions.
A estas alturas, antes de que termine el mes de octubre, Messi ha marcado seis goles en diez partidos de Ligue 1, los mismos que en toda la temporada anterior. Aunque el rosarino se interprete más allá de las cifras, estas sirven para constatar el cambio de un tiempo a esta parte. Sus nueve asistencias también hablan del papel global de Leo en un PSG en el que se siente importante y con el ánimo de cargar con más responsabilidades.
No es casualidad que el mejor Messi llegue a un mes para que arranque el Mundial. El ex del Barça ha dedicado toda una vida entera para este momento, empeñado lógicamente en agrandar su leyenda. Después de ganar en verano de 2021 la Copa América, el argentino quiere seguir los pasos de Maradona. Aunque no necesite el triunfo en Qatar para ser eterno, nadie conoce mejor que él el efecto que tendría llevar a su país a lo más alto.