El llamado buró permanente del motociclismo, integrado por la Federación Internacional (FIM) y la empresa española Dorna, propietaria de los derechos de explotación de MotoGP y otros tantos campeonatos de velocidad, ha decidido aumentar de manera progresiva la edad mínima para participar en las distintas competiciones de motor sobre las que tienen responsabilidades. Así lo han anunciado este viernes, durante la primera jornada de entrenamientos libres del GP Made in Italy, en Misano. A partir del año próximo, la edad mínima para competir en cualquiera de las copas de promoción impulsadas por Dorna, las llamadas Talent Cups, será de 13 años, en lugar de 12, la edad mínima hasta ahora para correr en un circuito de velocidad de los grandes. Para competir en la popular Red Bull Rookies Cup será necesario tener 14 y para hacerlo en el llamado Mundial Junior de la FIM, 15. No se podrá correr con menos de 16 años en la categoría de SSP300 del Mundial de Superbike, una de las que más situaciones de peligro ha ofrecido en los últimos años.
Un año después, en 2023, el mínimo se subirá un poco más. Ningún piloto de menos de 14 años podrá participar en ninguna competición que se celebre en un circuito de gran premio. Tendrán un mínimo de 15 años los pilotos de la Red Bull Rookies; y 16 los del Mundial Junior. La edad mínima para participar en cualquier categoría del Mundial de MotoGP será 18 (ahora, con 16 se puede correr en Moto3 y en Moto2), lo mismo con el campeonato del mundo de Supersport.
Son las medidas que, como ya avanzó EL PAÍS, pretenden reducir el número de siniestros fatales en competición, así como proteger a los corredores más jóvenes. En los últimos cuatro años han fallecido cinco pilotos participantes en las categorías pequeñas, cuatro de ellos menores de edad. La muerte, el pasado septiembre, de Dean Berta Viñales a los 15 años hizo reaccionar a los organizadores.
En un par de temporadas no podrán verse en el Mundial más ganadores de gran premio con 15 años, como se vio con el turco Can Oncü el año 2018. Tampoco será posible ver a campeones de Moto3 de 17 años, como puede pasar ya este fin de semana si el murciano Pedro Acosta se hace con un campeonato que dominó desde casi el primer día y pese a ser novato. Habrá que tener paciencia. Y esperar a alcanzar la mayoría de edad para codearse con los mejores, en las mejores pistas y con las motos más rápidas.
“Todos somos conscientes de que el motociclismo de competición es peligroso, pero siempre hemos trabajado para que este deporte sea lo más seguro posible y seguimos comprometidos en mejorar y evolucionar la seguridad al tiempo que nuestro deporte sigue creciendo a escala global”, señala la nota, que suscriben el presidente de la FIM, Jorge Viegas, y el consejero delegado de Dorna, Carmelo Ezpeleta.
Asimismo, el buró permanente convino en la idoneidad de reducir el número de pilotos por parrilla: no habrá más de 32 pilotos en ninguna competición, cuando se han visto este año hasta 42 competidores en una parrilla del Mundial de Superbike. Además, se hará obligatorio el uso del airbag de seguridad en el mono en cualquier categoría bajo el paraguas de la FIM. Y se implementará un mejor sistema de comunicación, quizá por radio, para avisar instantáneamente a los pilotos en pista en caso de accidente. Este es un punto que todavía está por desarrollar y cuyos test empezarán al inicio de la próxima temporada.
En los últimos años se trabajó muchísimo en mejorar la seguridad de los circuitos: se ampliaron escapatorias, se mejoraron las protecciones, se eliminaron las zonas con hierba artificial… Y es un proceso permanente en el que están implicados los pilotos de la considerada categoría reina del motociclismo, MotoGP, que se reúnen cada viernes en la llamada comisión de seguridad. También ha mejorado la equipación de los pilotos. Y se sigue trabajando en ello. En una reunión reciente celebrada en Aragón junto con los fabricantes de motos o de cascos, con la presencia del personal del equipo médico de MotoGP, todas las partes se comprometieron también a elevar la calidad y los estándares de seguridad. El foco se pone en intentar proteger a los pilotos contra los impactos de otro rival, especialmente sensibles son las zonas del pecho y el cuello. Todos los accidentes mortales recientes se han producido en esas circunstancias: un piloto se cayó por un error propio y el atropello que recibió estando en el suelo tuvo consecuencias fatales.
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