El mundial de globos y las tres Españas

Gerard Pique e Ibai Llanos, a su llegada al mundial de globos este jueves.
Gerard Pique e Ibai Llanos, a su llegada al mundial de globos este jueves.ALBERT GEA (Reuters)

Uno de los temas más comentados de la semana ha sido la celebración del primer mundial de globos, un torneo en el que gana, efectivamente, el que logra mantener uno en el aire durante más tiempo. Venció, entre 32 países, la selección de Perú, y su presidente, Pedro Castillo Terrones (330.472 seguidores, es decir, 5,6 millones menos que el organizador del campeonato, la estrella de las redes Ibai Llanos) lo celebró públicamente en su cuenta de Twitter: “Felicito a Francesco de la Cruz por esta digna representación del país y hacer sentir que se oiga fuerte el nombre del Perú en esta competencia mundial. ¡Grande, campeón! #BalloonWorldCup”.

Parecía una broma, pero la retransmisión, casi seis horas desde PortAventura, reunió a más de 632.000 espectadores en su “minuto de oro”, según TVTOP; repartió 20.000 euros en premios y contó con patrocinadores como Volskwagen, volcados en “una idea electrizante”.

Al inicio, Llanos comentó: “Mucha gente estará en casa pensando ¿qué hago viendo esta gilipollez? ¿Qué estoy haciendo con mi vida?”. No le faltaba razón, pero de puro surrealista, la retransmisión era absolutamente hipnótica. El mundial de globos le confirmó como rey de las redes. Llanos demostró que puede hacer, literalmente, lo que se le pase por la cabeza o, dicho de otro modo, que cientos de miles de personas van a querer ver cualquier cosa que se le ocurra.

“No te preocupes porque no solo lo estás viendo tú, hay más campeones del mundo viendo esto, como Marc Márquez”, animó Llanos al público. Y allí estaba, en efecto, Márquez, comentando el torneo en conexión en directo por indicación del futbolista Gerard Piqué, cómplice en la organización de la competición. “Hay gente que ha venido desde EE UU. Es acojonante. Piel de gallina”, dijo el jugador del Barcelona mientras su esposa, Shakira, colgaba un vídeo en redes para promocionarlo.

Parecía una broma, pero los organizadores se lo tomaron muy en serio. Antes de cada partido, de dos minutos de duración, sonó el himno de cada país participante. Había “balón oficial” —naturalmente, un globo—; árbitros —uno de tenis, otro de hockey hierba y otro de fútbol, Rafa Guerrero, el asistente de Mejuto González el día del mítico “Rafa, no me jodas”. Penalti y expulsión—. Había VAR —”el ojo del globo”, 11 cámaras—; comentaristas especializados diciendo cosas del tipo: “Apoyándose bien en los cristales el jugador de Mongolia, pero no le vale esto a México”; “La dejadita es buena”; “Punto para Georgia”; “¡Qué espectáculo!”. Y había trofeo: el globo de oro.

Todo empezó a finales de agosto, cuando Llanos descubrió un vídeo de dos chavales jugando a no dejar caer un globo, y anunció en Twitter: “Quiero comprar los derechos de esto y montar un mundial”. Su deseo viralizado se hizo realidad el jueves y provocó cientos de memes, como uno de Forentino Pérez diciendo: “Cancela la Superliga. Quiero globos”.

La cuenta del mundial, abierta en Twitter el pasado septiembre, suma cerca de 160.000 seguidores. Llanos tiene casi seis millones, y Piqué, más de 20. Con ese poderío, se convirtió en trending topic un desconcertadísimo Roberto Gómez, periodista que en el “I Congreso de comunicación deportiva ante los nuevos retos del siglo XXI”, celebrado también esta semana, se atrevió a decir: “Yo alucino con lo de Ibai. ¡No sé quién es y en este congreso es la palabra más pronunciada! ¿Pero esto quién lo entiende?”.

Es difícil de entender, pero está pasando. España queda oficialmente dividida en tres: los que no saben quién es Ibai, los que no saben quién es Roberto Gómez y los que no saben quién es ninguno de los dos y viven —ellos sí— en la vieja normalidad.




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