Un par de iraníes camina cerca de un mural con la imagen de un mártir en una calle de Teherán. Este miércoles el régimen ha anunciado que abandona parte del acuerdo nuclear de 2015. FOTO: EFE | VÍDEO: AP-QUALITY
El anuncio de Irán de cancelar parte de los compromisos alcanzados en el acuerdo nuclear de 2015 ha agravado la brecha ya existente entre las principales potencias. De un lado Rusia y China, que respaldan la decisión de Teherán, con más o menos vehemencia, y culpan de los cambios a la decisión estadounidense de hace ahora justo un año de retirarse del pacto. Estados Unidos, por su parte, cuenta con el apoyo incondicional de Israel y amenaza con nuevas sanciones al régimen de los ayatolás, mientras Europa intenta mantener un difícil equilibrio diplomático ante la evidencia de que poco puede hacer para sortear las sanciones impuestas por EE UU.
El revuelo generado en las últimas horas no ha amedrentado a la Administración de Donald Trump, que este miércoles advertía que impondrá nuevas sanciones a Irán “muy pronto”. “Esperen más sanciones pronto, muy pronto”, ha dicho Tim Morrison, director para armas de destrucción masiva del Consejo de Seguridad Nacional, durante una conferencia en Washington. Morrison ha alanzado asimismo una advertencia a las empresas europeas. “Si es usted un banco, un inversor, una aseguradora u otra empresa en Europa, debe saber que involucrarse con el Vehículo Especial es una muy mala decisión empresarial”, ha advertido. Bruselas y Teherán intentan ahormar desde hace meses un sistema jurídico y financiero, conocido como vehículo especial, para facilitar el comercio en divisas distintas al dólar.
Para Morrison el anuncio de Irán es un “indisimulado chantaje nuclear a Europa”, ante el que esta debería “resistir y empujar a Irán a la mesa de negociación para alcanzar un acuerdo”. “Es hora de que la comunidad de naciones condene con dureza la mala conducta de Irán en lo nuclear y aumente la presión al régimen para cumplir las demandas de Estados Unidos”, ha añadido.
Para Rusia, Estados Unidos ha tenido un “comportamiento irresponsable” en el pacto nuclear. El Kremlin ha criticado la “presión irracional” sufrida por Teherán y ha justificado su decisión de suspender parte de sus compromisos. “Las únicas medidas prácticas que es necesario tomar para resolver la situación en torno al acuerdo es convencer a todos los participantes de la necesidad de cumplir sus obligaciones”, ha resaltado el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, tras una reunión con su homólogo iraní, Mohamed Yavad Zarif, de visita en Moscú.
El mensaje de Lavrov tenía destinatarios muy concretos. Moscú instó a los socios europeos a que cumplan con su compromiso de crear un mecanismo que permita no depender de las transacciones bancarias en el sistema estadounidense. El mecanismo creado hasta ahora es ineficaz, ha dicho. “Para Irán es importante que este mecanismo les permita exportar petróleo. Respaldamos este requisito absolutamente legal, consagrado en el tratado”, ha dicho Lavrov. Rusia junto con Reino Unido, Francia, Alemania, China y EEUU fue uno de los signatarios del acuerdo.
Lo cierto es que la decisión estadounidense de aplicar las sanciones contra Teherán dejó en evidencia la escasa capacidad europea para sortearlas y perjudicar a sus empresas, lo que en la práctica le hace muy difícil mantener una posición en la crisis independiente de Washington.
Por lo pronto, los firmantes europeos han pedido este miércoles a Irán que mantenga los compromisos adquiridos dentro del acuerdo nuclear de 2015 o, de lo contrario, podría enfrentarse a “consecuencias”, que nadie quiere especificar. “Nuestra posición sigue siendo que queremos respetar el acuerdo, especialmente para que Irán no tenga un arma nuclear”, ha defendido el ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas. Más beligerante se ha mostrado la primera ministra británica, theresa May. “Estamos muy preocupados por el anuncio y urgimos a Irán que cumpla sus compromisos y no tome más medidas en esa dirección”, dijo su portavoz.
Quien sí ha dejado meridianamente clara su posición de respaldo a EE UU ha sido el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu. “Israel no permitirá que Irán se haga con el arma atómica. Seguiremos combatiendo a quienes quieren destruirnos”, ha advertido este miércoles. No es ninguna sorpresa. El primer ministro israelí lleva más de una década enfrentándose al programa nuclear de Teherán, que considera una “amenaza existencial” para el Estado judío –la única potencia regional dotada de armamento atómico, aunque de forma no declarada–. Netanyahu fue uno de los mayores detractores del acuerdo que en su día planteó Barack Obama
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