Aunque el espíritu del “dicen que nunca se rinde” sigue estando presente en el Sevilla, sin duda a nadie se le escapa que con los grandes es más difícil que coincidan varios tropiezos, por lo que en la entidad ya se ha asumido que el sueño de optar por el título se ha esfumado con ese gol de Iñaki
Williams
en la contra perfecta que el Athletic, fiel al estilo de Marcelino, ejecutó en el minuto 90.
Está la rabia de ese penalti polémico no señalado por Gil
Manzano en unas manos clamorosas de Balenziaga al interceptar un centro de Jesús
Navas. Una de esas jugadas que tantas veces en la Liga han acabado, actuación del VAR mediante, en un lanzamiento desde los once metros. La protesta por aquello le va a costar a Lopetegui no sentarse en el banquillo en la última bala de los andaluces, el duelo ante el Real
Madrid en Valdebebas, donde un triunfo daría otra vez esperanzas a los nervionenses de reengancharse en una lucha histórica.
Sería posible, por qué no, pero la sensación es que el tren (y a toda velocidad) acaba de pasar. El mensaje de Monchi en las redes sociales explica las sensaciones que hay dentro. “Orgulloso de mi gente, de los de dentro del campo y de los de fuera. Seguiremos soñando, seguro, porque hemos venido para quedarnos. A seguir molestando. Y parafraseando a J.C. Aragón (autor de Carnaval preferido del gaditano), los mediocres sólo pueden conseguir algo de gloria viendo hundidos a los demás. Forza SFC!”, escribía en su cuenta de Twitter el director deportivo justo tras acabar el partido ante el Athletic.
Los mediocres sólo pueden conseguir algo de gloria viendo hundidos a los demás. Forza SFC!
Ahora, el objetivo de los de Lopetegui es mejorar esa cuarta plaza que ya amarraron hace una semana y, por ende, su segunda clasificación consecutiva para la Champions. El Sevilla está a seis puntos del líder y a cuatro de Real
Madrid y Barcelona con 12 por jugarse. Dar la campanada en el Alfredo di Stéfano significaría acercarse a poder superar a alguno de estos rivales y codearse con argumentos con los gigantes de la Liga.
El gol de Iñaki Williams en el Sánchez Pizjuán
De cualquier forma, en el poso queda una temporada espectacular de los de Lopetegui, que casi enlazaron dos campañas juntas con apenas dos semanas de descanso tras conquistar la Europa
League en agosto y disputar la Supercopa de Europa con el Bayern en septiembre. Eso y que, por difícil que esté, que tengan por seguro que, como canta El Arrebato, el Sevilla nunca se va a rendir.
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