El otoño dorado de las series españolas

José Luis Rebordinos, director del festival de San Sebastián, apuntó a EL PAÍS el día antes de arrancar el certamen: “Yo medité abrir el debate de si incluíamos a Antidisturbios, de Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña, en la competición de la Oficial”. Con esa frase, el responsable del Zinemaldia subrayaba la calidad de la serie de Movistar+, que se estrena el 16 de octubre, y que en el Zinemaldia se proyecta en la sección Oficial fuera del concurso. De Sorogoyen es conocida su contundencia y autoridad con la cámara, de él y de Peña —su coguionista— su talento en la construcción de guiones. Pero en Antidisturbios, compuesta por seis episodios, ambos han logrado la excelencia. Tanto Sorogoyen (Madrid, 39 años) como Peña (Zaragoza, 37 años), ganadores del Goya a mejor guion por El reino, sonríen con el comentario de Rebordinos: “Hubiera sido maravilloso”, apunta él. Peña ríe: “¿Se pueden decir palabras malsonantes?”. Pero, ¿competir con películas? “No veo por qué no”, subraya Sorogoyen. “La financiación es la misma; una jornada de trabajo de una serie es igual que la de una película. Y la escritura es la misma, salvo que la compartimentas con seis principios y seis finales”.

Sorogoyen, el rey de la adrenalina, por CARLOS BOYERO

Metidos en temas espinosos, aceptan la pregunta que otros creadores del audiovisual español regatean: ¿Antidisturbios es una película dividida en seis episodios, o cada episodio tiene vida propia y la serie nada tiene que ver con el cine? Sorogoyen responde: “No entiendo esa polémica. No sé cuál es la respuesta fallida”. Y Peña entra también a la discusión: “Es un Barça-Madrid absurdo, que no nos interesa nada. Es una historia de seis horas”.

Movistar+ ya les había propuesto dos proyectos de serie, que rechazaron, y a cambio ellos presentaron un thriller con policías antidisturbios. “Arrancamos con la idea de ese pelotón en el furgón, pero pronto entendimos que necesitábamos algo más. Lo digo por Isabel y por mí, porque íbamos a dedicar tanto tiempo a los guiones que era obligatorio otro enganche”, cuenta Sorogoyen. Peña interrumpe: “Y teníamos a Laia, la agente de asuntos internos; ella nos iba a llevar a otro universo. Una mujer de 30 años y apenas 1,60 metros enfrentada a un mundo masculino, a un furgón de antidisturbios, contra los que usará armas muy distintas. Ahí está la apuesta”.

Antidisturbios nace y acaba inspirada en dos hechos reales: la muerte de un mantero en el barrio madrileño de Lavapiés el 15 de marzo de 2018, fallecimiento del que se acusó a la policía, y la sombra del exagente Villarejo en cualquier asunto turbio de la actualidad española. “No fue premeditado, fueron meses de trabajo. De hecho, dimos muchas vueltas al último capítulo. ¿Mencionábamos a Villarejo por su nombre? ¿Lo sacábamos? En realidad, nosotros nos nutrimos del mundo real”, explica Sorogoyen. Por eso el rodaje en escenarios reales, de ahí el retrato de la ideología de los policías sin ningún filtro, algo a lo que no se había atrevido el mundo audiovisual español. “Nunca lo abordamos claramente, ni lo mostramos de forma obvia, aunque cuidamos los detalles, entendemos que ahí hay valores de la serie. No entramos en política, retratamos”, cuenta el director de Madre. Peña ahonda en la explicación: “Cuando fuimos los tres guionistas [ellos dos y Eduardo Villanueva] a la comisaría de Moratalaz a hacer nuestro trabajo de campo, apuntamos lo mismo en las libretas: banderas, pegatinas en el techo de las furgonetas… Es parte de la realidad que retratamos, y eso nos encanta de nuestra labor”.

Los dos showrunners (Sorogoyen ha dirigido además cuatro de los seis episodios) están felices con el choque entre la policía de asuntos internos y los seis antidisturbios. No son violadores, pero son una manada macerada en violencia. “Es valioso mostrar a una mujer fuerte ante un mundo violento. No somos los primeros, ya ha quedado claro que el heteropatriarcado actúa de forma violenta, y hay que asumirlo y ponerlo de manifiesto. Una serie también puede servir para revelarlo, y para que nos rebelemos contra ello”, apunta el cineasta. La guionista explica el proceso: “Como no hay que aceptarlo, se puede contar esa historia de muchas maneras. ¿Cuál es nuestra opción? Usar el subtexto. Y que el espectador se haga las preguntas”.

En la actualidad española parece que todo es corrompible y que todo está corrupto, incide Antidisturbios. Los dos creadores están de acuerdo, aunque Peña no es tan pesimista: “Laia, la policía, ilustra la posibilidad de que con pequeñas decisiones podemos cambiar la corriente”. A Sorogoyen le interesa explicar que si Antidisturbios es arriesgada en lo formal y en el guion, es porque ambos no entienden “el audiovisual de otra manera”. “Tenemos tan poco tiempo, hay tantas películas que ver”, dice, “que para qué hacer algo igual. Soy afortunado porque trabajo, y ya que lo hago ambiciono, rehuyo lo fácil, intentamos encontrar un sentido a lo que hacemos. Aprendemos y nos retamos, y si nosotros lo hacemos, esperamos que el espectador entre en ese juego”.


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