El Parlament de Cataluña ha rechazado en la tarde de este jueves la propuesta de resolución de los anticapitalistas en la que instaban al Govern a realizar los preparativos para celebrar un referéndum de autodeterminación antes de que acabe esta legislatura, esto es, en 2025. El texto ha recibido solo el voto a favor de los 9 diputados anticapitalistas; 33 abstenciones, de los diputados de Esquerra; y 87 votos en contra, del resto de grupos del hemiciclo. Junts asegura que no renuncia a la vía unilateral, pero sus 32 diputados han votado en contra porque consideran que solo un referéndum pactado puede sustituir al “mandato del 1 de octubre”.
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La moción, envuelta en la polémica por las decisiones del Tribunal Constitucional de no permitir debates y votaciones sobre la autodeterminación, afirma: “El Parlament de Cataluña se compromete a realizar un referéndum de autodeterminación antes de que finalice la XIV legislatura y, por tanto, insta al Govern de la Generalitat a iniciar inmediatamente los debates y trabajos necesarios para garantizar su realización”. Laura Borràs, presidenta del Parlament, ha permitido tramitar el texto de la resolución. Su antecesor en el cargo, Roger Torrent, está imputado por un delito de desobediencia por permitir un debate de naturaleza similar. PSC, PP, Ciudadanos y Vox presentaron sin éxito peticiones de reconsideración para que la propuesta no se tramitara. Los seis diputados de Ciudadanos no han participado en la votación.
Los anticapitalistas firmaron un pacto de investidura el pasado mes de marzo con Esquerra y daban un margen de tiempo a la mesa de diálogo, aunque ya deslizaban en el texto que si esta fracasaba, todas las fuerzas independentistas impulsarían un “nuevo embate democrático” para ejercer la autodeterminación, preferiblemente en forma de referéndum. El texto contempla que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se someterá a una cuestión de confianza en 2023, por lo que ERC entendía que contaba con ese margen de dos años. Los republicanos rechazan ponerse fechas en la negociación y optaron por la abstención.
Con su apuesta, la CUP buscaba no solo marcar perfil ante lo que considera una “deriva conservadora y autonomista” del Govern, en palabras de su diputado Carles Riera, sino también para apretar de cara a la negociación presupuestaria. La CUP trató de alcanzar hasta el final un acuerdo a tres bandas, pero sin éxito. La diputada Dolors Sabater ha defendido en la Cámara que su propuesta también era una herramienta para “tensionar” al Gobierno en la mesa y actuar de “palanca para reactivar al independentismo”. La CUP tiene en el horizonte el referéndum que posiblemente se celebre en Escocia en 2023 y por ello quiere que se incluya en la “agenda internacional”.
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