El paro crece en enero en 17.173 personas, el menor ritmo en este mes en 24 años


Enero suele ser tradicionalmente un mal mes para el mercado de trabajo, y mucho más si, además de darse por concluidas las contrataciones con motivo de la Navidad, se concentran sobre él, como ha sucedido en 2022, los efectos de la variante ómicron del coronavirus, la más contagiosa de las aparecidas hasta hoy, y responsable de la reaparición de algunas restricciones desterradas hace meses. Como si de un paciente más se tratase, el mercado laboral se ha visto igualmente afectado por esta circunstancia. España perdió 197.750 cotizantes a la Seguridad Social en el primer mes del año e incluyó a 17.173 personas al colectivo de desempleados, el menor ritmo desde 1998.

Sin embargo, enero también ha sido el primer mes en el que se ha aplicado la reforma laboral del Gobierno de coalición, con el apoyo de CEOE y sindicatos (y que este jueves será convalidada en el Congreso), y los efectos en materia de incorporaciones se han notado: 238.672 personas han firmado un contrato indefinido, la mayor cifra para este mes en los últimos 10 años. Este dato supone un alza del 92,18% respecto a hace un año y del 37,3% respecto al mes anterior cuando aún no estaba en vigor la reforma laboral. Los contratos fijos supusieron en enero el 15% del total, seis puntos más de la media histórica (9,1%) en la década de la reforma laboral del PP.

Si en 2021, con varias olas de contagios, el empleo logró aislarse de los efectos colaterales de las distintas restricciones, en 2022 no ha sido capaz de mantenerse al margen. Al menos en su primer capítulo. Sin embargo, hay matices que dan algo de color a los tradicionalmente sombríos datos del primer mes: los 19,63 millones de cotizantes con los que terminó (en términos sin desestacionalizar) son 797.681 más que hace un año; y, además, se trata del grupo más numeroso de trabajadores para este mes de los últimos 12 años. Eso sí, son 197.750 afiliados menos que en diciembre. Con esta rebaja se corta una racha de cinco meses de ascensos que se remontaba hasta el mes de agosto.

La afectación de la ómicron es una variable incuestionable, y esta se ha propagado, igual que entre los ciudadanos de distintas edades, por todos los sectores de la actividad. Debido a la aplicación por parte de distintos Gobiernos autonómicos de diversas restricciones (desde limitaciones horarias en la restauración, petición del pasaporte covid para el acceso a los recintos, y hasta recortes en los aforos en los establecimientos) que se han extendido también al mes de enero, los Servicios han sido los que han sufrido una mayor caída en el número de afiliados (-161.464), seguidos de la Agricultura (-13.097), la Industria (-12.581) y la Construcción (-10.608). La Hostelería resultó la principal perjudicada por el rebrote del virus, reduciéndose su afiliación en 56.663 personas en el sector, lo que rebajó la cifra de empleos en el mismo por debajo del millón y medio, hasta los 1,46 millones.

Por territorios, y tomando como referencia el porcentaje de trabajadores afectados sobre la población ocupada, Extremadura ha sido la comunidad autónoma en el que más empleos se destruyeron en enero (-1,53%), por delante de las Islas Baleares (-1,50%) y de la Comunidad Valenciana (-1,42%).

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Con los datos del paro sucede una suerte de juego de luces y sombras similar al que ocurre con la afiliación. Los más de 17.000 nuevos parados hacen que haya ya 3,123 millones de personas sin empleo. Esta cifra, sin embargo, no solo es inferior en 841.275 personas que en el mismo mes de 2021, sino que este aumento intermensual es el más bajo para un mes de enero desde 1998. Como no podía ser de otra manera, los Servicios (+33.627) y la Agricultura (+2.657) vuelven a ser los sectores afectados por este empeoramiento, que responde, además de al virus, a un efecto estacional.

Sin embargo, la única perla que esconden los datos de enero se aloja en la contratación. No tanto en cuanto al número de incorporaciones, que supera el millón y medio (1,596 millones), lo que supone una subida de 293.903 (22,57%) sobre el mismo mes del año 2021; sino porque 238.672 de ellos han sido de carácter indefinido, y en la última década no se había firmado semejante cantidad para este momento del año. La calidad del empleo, entre otros factores, se mide también por la duración de la jornada, y la mayoría de estas nuevas relaciones laborales han sido a tiempo completo (61%), muy por encima de las parciales (39%). Aun así, los contratos temporales siguen dominando la estadística (84,4%), muy por delante de los formativos, de muy escasa representación (0,5%).

“Aún tendrán que pasar meses para ver el impacto de la reforma laboral en la creación de empleo neto”, apunta Javier Blasco, director del Adecco Group Institute. “El fuerte incremento de la contratación indefinida puede ser una señal del cambio de cultura en la contratación”, añade. “No hay ninguna duda de la fortísima recuperación del mercado de trabajo tras la enorme pandemia”, ha indicado, por su parte, Joaquín Pérez Rey, secretario de Estado de Seguridad Social y Pensiones.

El otro huevo de Pascua detrás del aumento del paro lo constituye el hecho de que el colectivo de desempleados menores de 25 años ha logrado rebajar nuevamente sus cifras durante las primeras cuatro semanas del curso (-1,40%).

Solo existe una estadística que se mantiene firme, también en enero, en su descenso progresivo en términos totales: es la que cuantifica el número de trabajadores bajo un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). De los 116.821 afectados (-7.266 con respecto a diciembre), son 105.043 las personas a las que el coronavirus no permite todavía reincorporarse a su puesto (2.495 más que en el mes anterior), lo que significa, por otro lado, que se han reducido en más de 820.000 respecto al nivel de hace un año.

Sumando a los afectados por razones de productividad (ETOP) el montante total asciende a 116.821 empleados, y que se concentran principalmente en los servicios de comidas y bebidas (22.027), de alojamiento (16.935) y en agencias de viaje u operadores turísticos (11.015). De entre todos ellos, el 52,7% se encuentra en suspensión total, mientras que el 47,3% restante lo experimenta de manera parcial.


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