El mercado de trabajo de Estados Unidos sigue gozando de una excelente salud. La creación de empleo se ha frenado en agosto tras el sorprendente tirón de julio. La tasa de paro sube del 3,5%, el nivel más bajo de los últimos 50 años, al 3,7%. Pero el número de trabajadores marca máximos y la racha de creación de empleo se prolonga.
Las cifras difundidas este viernes por la Oficina de Estadísticas Laborales muestran que la economía estadounidense creó en agosto 315.000 empleos no agrícolas. Son menos que los que venía creando los últimos meses, pero todavía es un ritmo vigoroso. Sigue habiendo muchas más vacantes que desempleados y los carteles con ofertas de trabajo abundan por todas partes.
Los datos están en línea con las previsiones en cuanto a creación de empleo. En cambio, el repunte de la tasa de paro no se esperaba. Ambas cifras se calculan con encuestas diferentes, una a las empresas, que mide el empleo no agrícola, y es la más seguida por los economistas y por los mercados, y otra a las familias, que muestra el número de parados. La subida del paro hasta algo más de seis millones de personas se da en esa segunda encuesta, pero se debe íntegramente al aumento de la población activa y no a la destrucción de empleo. De hecho, en la encuesta a las familias el número de personas empleadas aumenta en 442.000 el pasado mes, acelerando en este caso.
El informe de empleo parece apuntar a que con el fin de las restricciones por la pandemia y la subida de los precios, más personas están dispuestas a participar en el mercado laboral. La población activa ha aumentado en un solo mes en 786.000 personas, lo que ha dado a la vez para esos 442.000 nuevos empleados y para 344.000 parados más, según la encuesta a las familias.
El presidente de la Reserva Federal de Estados, Jerome Powell, ha advertido de que rebajar la inflación hasta cerca del objetivo del 2% desde los máximos en 40 años en que se encuentra provocará “algo de dolor” a familias y empresas, como dijo la semana pasada en el simposio económico de Jackson Hole (Wyoming). “Es probable que la reducción de la inflación requiera un periodo sostenido de crecimiento por debajo de la tendencia. Además, es muy probable que las condiciones del mercado laboral se debiliten”, señaló entonces.
Ese debilitamiento ya se esperaba en julio, pero las cifras laborales sorprendieron con una aceleración en la creación de empleo y la caída del paro al 3,5%. Ahora se ve un moderado enfriamiento y habrá que esperar unos meses más para comprobar si las subidas de tipos de interés están surtiendo ese efecto. Por ahora, la creación de empleo se frena, pero sigue fuerte. Eso da alguna esperanza de que se logre el ansiado aterrizaje suave, un enfriamiento que permita bajar la inflación sin provocar una recesión. Así se lo han tomado los mercados, con subidas en las Bolsas en la preapertura.
Se ha recuperado ya con creces todo el empleo pedido durante la pandemia y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, lo exhibe como el principal logro económico de la primera mitad de su mandato.
Antes de las elecciones legislativas del 8 de noviembre aún deben publicarse dos informes de empleo más, pero, salvo hecatombe, todo apunta a que Biden llegará a las urnas con una tasa de paro muy baja. El temor a un enfriamiento más claro del mercado laboral y a una recesión en toda regla sigue ahí, pero se ha diferido en el tiempo.
La buena salud del empleo también aumenta las probabilidades de que la Reserva Federal siga subiendo los tipos de interés a buen ritmo, empezando por su reunión del próximo 21 de septiembre. Powell dio a entender que la decisión de si el comité monetario de la Reserva subirá los tipos 0,5 o 0,75 puntos dependería de los datos que se publicasen hasta entonces y el de empleo y costes laborales es uno de los más importantes. Quedan por salir más, entre ellos el de inflación de agosto, que se conocerá el 13 de septiembre. La inflación dio un respiro en julio gracias a la bajada de la gasolina, que ha seguido abaratándose, pero Powell ya dejó claro la semana pasada que “la mejora de un solo mes está muy lejos de lo que el comité necesita ver antes de confiar en que la inflación está bajando”.
Con un paro tan bajo, las empresas siguen teniendo dificultades para encontrar y retener trabajadores. Necesitan para ello subir los sueldos y luego repercuten ese aumento de costes, en una espiral precios-salarios que es la que la Reserva Federal quiere cortar para que la inflación no se enquiste. Según los datos publicados este viernes, los salarios por hora han subido un 5,3% desde hace un año.
Yellen hará un balance económico el 8 de septiembre en Detroit
La secretaria del Tesoro se dispone a entrar en campaña. Janet Yellen, anterior presidenta de la Reserva Federal, mantiene por el general un perfil político bajo, pero ha anunciado que el próximo 8 de septiembre, a justo dos meses de las elecciones legislativas de mitad de mandato, viajará a Detroit (Michigan) para “pronunciar un importante discurso en el que hablará de la agenda económica de la Administración Biden”.
Durante su intervención en Detroit, Yellen explicará la trayectoria de la economía estadounidense desde que Biden asumió el cargo y discutirá lo que la aprobación de la agenda legislativa de la Administración significa para el futuro de nuestro país, según el Tesoro. Eso sí, su Departamento ha anunciado que lo hará en el marco teórico de “la economía moderna de la oferta”, lo que permite albergar algunas dudas sobre si será un discurso eficaz para la campaña.
La secretaria del Tesoro planea destacar “cómo la respuesta del presidente a la pandemia impulsó una de las recuperaciones más rápidas de la historia” de Estados Unidos y restableció la estabilidad económica. Y también de los logros legislativos de Biden, como la ley de Reducción de la Inflación, la de Infraestructuras y la de microprocesadores, que, según Yellen “representan una inversión histórica para que nuestra economía sea más productiva, más resistente y más justa para los trabajadores y las empresas”.
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