El Atlético de Madrid Femenino parte como el gran favorito en la final de la Copa de la Reina ante la Real Sociedad. Los dos resultados cosechados ante el cuadro vasco esta temporada, sendas victorias tanto en el Cerro del Espino como en Zubieta, o los resultados de estos últimos años, le otorgan a las de Sánchez Vera el rol de favoritas.
Una circunstancia que en ocasiones anteriores no se había dado puesto que las últimas finales habían sido ante el FC Barcelona. En ese contexto, el cuadro colchonero se había movido más cómodo y se había llevado uno de los tres títulos. Pero el Atlético ya tiene una experiencia, un precedente de lo que significa salir a este torneo como favorito y que eso sea un lastre.
Algunas de las jugadoras en la actual plantilla recuerdan cómo en 2015, cuando todo estaba dado para que el Atlético alzase su primer título de Copa de la Reina, se encontró con un inesperado escollo. Jugadoras como Lola Gallardo o Amanda Sampedro se encontraban en ese equipo, por ejemplo. Por entonces, el equipo colchonero no era el dominador del fútbol femenino español como lo es en la actualidad, pero sí una escuadra ya potente que peleaba por los puestos de arriba.
Y aquella dase final que se disputó en Melilla todo se puso de cara para el Atlético. El Barça, el ‘coco’ y el Athletic, el otro ‘coco’, se caían a las primeras de cambio ante el Valencia. Por el lado del cuadro de las colchoneras todo hacía pensar en una final ‘sencilla’. El equipo rojiblanco goleaba al Espanyol en los cuartos de final. Y entonces llegó ese precedente del que hablamos, ese partido en el que el Atlético era claramente favorito. La semifinal ante el Sporting de Huelva, que se había metido en el torneo como octavo.
Pero el partido acabó en empate y el cuadro andaluz eliminó a las rojiblancas en la tanda de penalti. El primer título iba a tener que esperar. Y sorprendentemente, en la final, el Sporting daba la campanada ganando 2-1 al Valencia y proclamándose campeón con total justicia en un título que pintaba colchonero.
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