El primer plante grupal, el enésimo (presunto) insulto racista

Mouctar Diakhaby denunció este domingo el enésimo insulto racista del fútbol español al asegurar que el jugador del Cádiz Juan Cala le llamó “negro de mierda” (algo que este niega) y el Valencia se retiró del terreno de juego del Ramón de Carranza en protesta por esa actitud. Los jugadores valencianistas protagonizaron el primer plante grupal ante una situación similar y aunque no lo sostuvieron puesto que regresaron al césped (“forzados” según el club de Mestalla aunque la Federación lo ha negado), ha sido hasta ahora la respuesta más contundente en el fútbol español.

El precedente más parecido lo protagonizó Samuel Eto’o en febrero de 2006, hace ya más de quince años. El delantero camerunés amenazó con abandonar el terreno del juego de La Romareda por los gritos racistas que recibió desde las gradas. Convencido por compañeros y rivales, finalmente se mantuvo en el césped.

Se detuvo el Sporting-Athletic

Hace apenas cuatro años también se detuvo un partido, el del Sporting y el Athletic en El Molinón, por insultos racistas de parte del público a Iñaki Williams. En aquella ocasión fue el árbitro quien mandó parar durante un minutos el encuentro y también el mismo Clos Gómez quien lo reanudó tras pedir por megafonía que no hubiera “insultos racistas”.

Tras años en los que los insultos racistas (como los homófobos) fueron habituales en muchos estadios de la Liga, fue Darío Silva uno de los primeros jugadores en plantar cara. El delantero del Málaga agredió en el año 2000 a un seguidor del Oviedo en el Carlos Tartiere tras haberle insultado y haberle llamado “negro” despectivamente.

Otro delantero del Málaga, Paulo César Wanchope, golpeó cinco años después a un aficionado de su propio club en La Rosaleda por una actitud similar.

El balón de Eto’o, la ironía de Dani Alves

En 2004 Eto’o lanzó un balón al público del Coliseum Alfonso Pérez tras ser increpado durante todo el partido con sonidos de imitación de monos. La pena fue para él puesto que el jugador del Barça vio la amarilla. En 2005 Ronaldo lanzó una botella de agua hacia la grada de La Rosaleda tras nuevos insultos racistas de aficionados.

El jugador del Barcelona Dani Alves tiró de ironía y un tiempo después se comió el plátano que le tiraron en el campo del Villarreal. No era el primero que caía, ya antes se lo lanzaron a Kameni, portero del Espanyol, en el Vicente Calderón.

La idea ‘original’ de cambiar el tipo de respuesta también la avanzó Eto’o, que años antes festejó su gol en Zaragoza parodiando a un simio en respuesta a los gestos racistas que recibió desde la grada.

Pero estos son algunos de los pocos insultos racistas que han tenido algún tipo de respuesta. La mayoría no la tuvo, como los insultos que recibieron los ingleses Jermain Defoe y Andy Cole en 2004 durante el encuentro amistoso frente a España en el Bernabéu.

Estas actitudes no se han circunscrito a rivales o seguidores. Desde “al negro le arranco la cabeza” de Jesús Gil al ‘Tren’ Valencia, ha habido otras declaraciones o frases racistas, como cuando Luis Aragonés le dijo a Reyes que le dijera “al negro” (Thierry Henry) que él era mejor o cuando Javier Clemente afeó a Eto’o un escupitajo a Unai Expósito. “Creía que los que escupían son los que bajan del árbol”, señaló.

El caso de Iñaki Williams

Pero hace poco más de un año, estas situaciones llegaron por primera vez a un juzgado y hace apenas unos días Iñaki Williams compareció ante un juez de Cornellà por la causa abierta contra varios seguidores del Espanyol por presuntos insultos racistas al jugador del Athletic en enero de 2020.

El delantero dijo al juez haberse sentido “humillado” y estar aún “indignado” porque se produzcan estas situaciones en el siglo XXI.


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