El pueblo blanco de Andalucía que enamora a quien lo pisa

Si quieres disfrutar de los últimos días del verano haciendo una escapada con tu familia o amigos, hay un pueblo blanco de Andalucía que te enamorará desde el primer momento. Se encuentra en el Parque Natural Cabo de Gata Níjar, y es un lugar increíble para descansar, relajarse y volver al trabajo con las pilas cargadas.

Hablamos de Níjar, una localidad compuesta por 25 núcleos de población. De todos los municipios, el más bonito y que más merece la pena visitar es Níjar pueblo, que alberga monumentos de gran interés como la Atalaya.

¿Qué ver en Níjar?

El principal atractivo del pueblo almeriense es la Atalaya, los únicos restos que se conservan de una antigua fortaleza árabe. De planta circular y construida en mampostería, se encuentra en la parte superior de Níjar, así que ofrece unas vistas fabulosas del Cabo de Gata.

El casco antiguo de Níjar es pequeño, pero es interesante recorrer las estrechas callejuelas con casas encaladas a ambos lados. La Iglesia de Santa María de La Anunciación es un templo religioso de estilo mudéjar cuyo origen se remonta al siglo XVI.

En el antiguo mercado de abastos de mediados del siglo XX está el Museo del Agua y la Oficina Municipal de Turismo. Si te gusta la naturaleza, te encantará descubrir el Jardín Botánico Cactus Níjar.

Una visita muy interesante para hacer en familia es el Mariposario de Níjar, que alberga más de 300 mariposas exóticas en libertad.

Playas

Con una jornada es suficiente para conocer este pueblo blanco de Andalucía, así que puedes dedicar el resto del tiempo a disfrutar de alguna de las mejores playas de la zona.

La Playa de los Muertos, situada en la localidad de Carboneras, es la más famosa del Parque Natural Cabo de Gata Níjar. Aunque está muy concurrida en verano, no hay grandes masificaciones porque tiene más de un kilómetro de largo. Se encuentra frente a grandes formaciones rocosas y montañas que se adentran en el mar formando espectaculares acantilados.

La Cala de Enmedio, en Agua Amarga, también merece mucho la pena. Las roncas blancas hacen un contraste espectacular con el turquesa de sus aguas. El acceso es un poco complicado ya que sólo se puede hacer en barco o a pie a través de un estrecho camino. Por lo tanto, es una playa muy solitaria, y es ideal para practicar deportes acuáticos como el snorkel y el buceo.

¿Te animas a visitar el pueblo de Níjar y sus alrededores?


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