El pulso entre IFM y Criteria por el control de Naturgy se recrudece

Edificio de Naturgy en Barcelona.
Edificio de Naturgy en Barcelona.Thiago Prudencio / Zuma Press / ContactoPhoto (Thiago Prudencio / Zuma Press / )

Un pulso a cara de perro. El próximo 8 de octubre finaliza el plazo para aceptar la opa de IFM sobre el 22% de Naturgy. A un precio de 22,07 euros por acción, la propuesta del fondo australiano está valorada en 5.000 millones de euros. El proceso desde que se lanzó la oferta a finales del pasado mes de enero ha sido de todo menos un camino de rosas para IFM. El consejo y los principales accionistas de Naturgy no acudirán a la opa y han sugerido de forma velada al resto de accionistas que se lo piensen dos veces antes de vender sus títulos. Además, el principal propietario de la gasista,Criteria reitera que no venderá acciones de Naturgy a IFM y continúa la compra de títulos comprando acciones en el mercado. A las puertas de saber si la maniobra tendrá éxito (está condicionada a lograr al menos el 17% del capital) un nuevo campo de batalla se ha abierto entre los contendientes: el fondo se plantea, si logra entrar en el consejo, suspender el dividendo, mientras que la compañía presidida por Francisco Reynés han recordado, vía hecho relevante a la CNMV, que la política de retribución no se toca.

Es difícil imaginar más peripecias de las que han acontecido en los ocho meses que van desde que a finales de enero se anunciase la opa hasta estas fechas. Incluso se ha modificado el precio, que partía de los 23 euros por acción hasta los 22,07 definitivos, después de descontar el fondo IFM los dividendos pagados por Naturgy en marzo y agosto. Además, en julio de este mismo año, en plena operación, el presidente de Naturgy, Francisco Reynés, presentaba su plan estratégico 2021-2025 porque, como dijo, “una compañía no puede paralizarse por una opa”.

Tras seis meses de espera, el Gobierno decidía por fin autorizar la operación en su Consejo de Ministros del 3 de agosto, aunque poniendo duras condiciones al fondo australiano. Y como colofón, a mediados del pasado septiembre, el decreto del Gobierno para intentar frenar el desmadre en el precio del kilovatio con un impacto estimado de 3.200 millones en sus resultados de este y el próximo ejercicio sobre las tres grandes energéticas (Iberdrola, Endesa y Naturgy).

En esta batalla llena de giros de guion, también es llamativa la actitud de Criteria (brazo inversor de Caixabank). El holding liderado por Isidro Fainé, principal accionista de la gasista y eléctrica, incrementaba contra todo pronóstico sus compras de acciones de Naturgy en pleno periodo de la opa, elevando su participación desde el 24,8% de enero de este año hasta el 26,115% de septiembre. El resto de accionistas significativos se han quedado quietos, aunque no acudirán a la oferta. El fondo GVC mantenía su 20,4% del capital, el fondo GIP el 20%, y la gasística argelina Sonatrach el 3,85%. Y mientras, los australianos de IFM manteniéndose firmes en su oferta (condicionada a lograr al menos el 17% del capital), lo que invita a los analistas a elucubrar sobre posibles acuerdos desconocidos entre grandes accionistas.

Con esta estructura accionarial, Ángel Pérez, analista de Renta 4, ve difícil sacar adelante la opa. “El free-float [capital libre que cotiza en el mercado] es de solo el 28%, por lo que llegar al 22% es complicado. El precio de la oferta de IFM no ofrece una prima desorbitada y es una compañía con accionistas (en torno a los 73.000) históricos que llevan allí muchos años cobrando dividendos y a los que resultará complicado vender. IFM ha asegurado que seguiría con la operación si lograse un 17% y aún menos, pero es difícil alcanzar estos porcentajes. Una muestra es que el periodo de suscripción de la oferta es de 30 días, que finalizarán el próximo 8 de octubre, cuando lo normal son 15 días”, indica Pérez.

¿Qué hacer?

No estando claro que la oferta triunfe, los analistas apuntan a que el actual precio de Naturgy en Bolsa (en torno a los 21,7 euros) se ha mantenido artificialmente gracias a la opa y no ha sufrido las caídas de Iberdrola o Endesa tras la aprobación del decreto eléctrico. Pérez lo explica: “Nosotros recomendamos vender ya en el mercado. Por ganar hipotéticamente un 2% o un 5% más sobre los precios actuales corres el riesgo de que la operación no salga y que recorte su precio como consecuencia del impacto en sus cuentas del decreto”. Una visión que comparte José Ángel Fuentes, gestor de renta variable de Mutuactivos. “La opa ha protegido el precio de la acción de Naturgy de circunstancias en el mercado que han afectado negativamente al sector, como sensibilidad a las subidas de tipos de interés, riesgo regulatorio, etcétera”, explica. Y añade: “Preferimos otras opciones dentro del sector eléctrico”.

Al calor de la nueva regulación eléctrica, un informe de Barclays apunta a un impacto en las cuentas de Naturgy de 100 millones de euros para este año y una cifra similar para el próximo ejercicio. Además, desde el banco británico consideran que la oferta de 22,07 euros es insuficiente para valorar la acción, cuyo precio objetivo sitúan en 24,7 euros: “Seguimos creyendo que el precio de oferta de IFM no refleja el valor total de Naturgy, en particular la reducción potencial de costes y el valor de su cartera de renovables”.

Plan estratégico

Según el plan estratégico de Naturgy 2021-2025, la compañía quiere invertir 14.000 millones de euros, cuyas grandes partidas son 8.700 millones destinados a la transición ecológica y 4.100 millones a las redes de distribución. Un ambicioso plan que puede necesitar de desinversiones y cuyos frutos no serán inmediatos, por lo que acudir a la opa o vender las acciones ahora puede ser una buena estrategia para los que no desean esperar mucho. Un informe de Goldman Sachs prevé unos ingresos netos un 15% por debajo del plan presentado por la compañía en 2025. “Además, el aumento en el gasto de capital también implica un apalancamiento creciente”. Desde Mutuactivos califican de interesante la nueva guía empresarial de Naturgy enfocada a la transición energética, pero creen que “no está exenta de riesgos de ejecución por el gran volumen de inversiones en juego”.


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