La Fábrica del Madrid produce y pule futbolistas para el futuro, mientras el club capta talento juvenil por el mundo antes de que se desorbite su precio. En junio de 2019, por apenas dos millones de euros, fichó a Takefusa Kubo, un zurdo japonés de 18 años recién cumplidos, que comenzó su formación en en alevines La Masia, aunque tuvo que dejarla hace cinco años por la sanción de la FIFA al Barça por irregularidades en la contratación de menores.Kubo fichó por el Madrid porque tenía un plan para él, le hicieron entender para convencerle en vestir de blanco y descartar regresar al Barcelona. Un propósito que se está cumpliendo paso a paso. En un principio, la idea del Madrid era que Kubo acabara de formarse en el Castilla de Raúl González. Idea descartada después de la gira de pretemporada del Madrid en Estados Unidos en la que Kubo fue protagonista y deslumbró con su descaro y juego. Al japonés se le quedaba corto el filial.El Mallorca fue el destino elegido por el Madrid para que Kubo descubriese y se probase en LaLiga. A pesar del descenso del Mallorca, el japonés ha dejado huella en la isla, con cuatro goles y cuatro asistencias. Su nuevo destino busca que Kubo dé el siguiente paso que le acerque al Bernabéu, el Villarreal de Unai Emery.Tal es la confianza en el porvenir de Kubo, que el Villarreal ha modificado su modo de operar con las cesiones, que no había aceptado nunca sin opción de compra. El Madrid, con las fichas extracomunitarias ocupadas por Vinicius, Militão y Rodrygo, y a la espera de la doble nacionalidad de primero, ha dado prioridad a la formación de Kubo frente a otras cuestiones, como las financieras.El Villarreal asume el salario del japonés, 2,5 millones de euros brutos, y pagará entre dos y tres millones por su cesión. En los últimos días el Bayern de Múnich se encaprichó del japonés ofreciendo al club blanco ocho millones por el préstamo y aumentando el salario del jugador. Granada, Celta y Osasuna también suspiraban por Kubo. Desde el Madrid estiman que el marco que ofrece el Villarreal, clasificado para la Europa League, el estilo de juego amarillo y la presencia y el cobijo de un entrenador exigente y exitoso como Unai Emery, que garantiza minutos al japonés, es el lugar idóneo para el crecimiento y proyección de Kubo.
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