El Real Madrid se presenta en este comienzo del periodo estival con buena parte de los deberes hechos. A diferencia de otros cursos en los que el proyecto no cogía forma hasta bien entrados los meses de julio y agosto, esta vez el conjunto merengue ya ha firmado hasta cuatro jugadores para la próxima campaña (Rodrygo, Militao, Jovic y Hazard) y tiene a otro, Mendy, a las puertas de entrar en esa lista de nuevas altas.
Esto le supone al equipo blanco la posibilidad de trabajar con el horizonte más despejado, sin prisas, y con la tranquilidad de tener las espaldas cubiertas, al menos, en muchas de las principales posiciones que se buscaban reforzar cuando llegó Zidane con sus propuestas en el mes de marzo.
Una tranquilidad que, también, le permite a la directiva enfocarse en el apartado de salidas tan importante como complicado y en el que, a buen seguro, se tendrán que arremangar más de lo que lo han hecho con las llegadas.
Hombres como Keylor, Reguilón, Llorente, Ceballos, James o Bale son candidatos principales a abandonar el club. Por no hablar de los Raúl De Tomás, Odegaard o Mayoral que también han de hacer espacio en el vestuario merengue. Todo ello, con la parcela de compra más o menos resuelta, será más sencillo de acometer.
Como también será más liviana la posibilidad de lanzarse a por algún jugador que termine de poner la guinda al pastel de Zizou. Los deseados son Pogba, Neymar o Mbappé, aunque lo que está claro es que para que alguno de los tres llegue a vestir de blanco se han de dar muchos pasos y no sencillos.
Aún así, tiempo para ello hay y en el Real Madrid se felicitan al saber que, pase lo que pase, tendrán espacio durante el verano para pensar y realizar los pasos que crean convenientes y hacerlo sin la presión del calendario, solo con la obligación de que el equipo vuelva a cobrar fuerza en el panorama internacional.
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