“El pueblo americano puede respirar: no habrá suspensión de pagos”. La frase la pronunciaba esta noche de martes el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, al comunicar que se había aprobado un proyecto de ley que permitirá aumentar el límite de endeudamiento en 2,5 billones de dólares y evitar que la primera potencia mundial se quede sin fondos, lo que hubiera tenido consecuencias muy graves para la propia economía norteamericana, pero también para la mundial.
El techo de la deuda es la cantidad de deuda a partir de la cual el país ya no puede emitir nuevos préstamos para financiarse, lo que le impide satisfacer sus pagos. A menos que el Congreso, única autoridad capacitada para hacerlo, aumentara o suspendiera el límite, el país eventualmente no podría haber cumplido con sus obligaciones financieras. La deuda de Estados Unidos alcanzó casi los 29 billones a principios de diciembre, según el Departamento del Tesoro, cuya secretaria, Janet Yellen, había advertido de las graves consecuencias de no cumplir con los pagos a partir de este miércoles 15 de diciembre.
La encarnizada negociación sobre el techo de la deuda se ha alargado durante meses y, de aprobarse definitivamente, los demócratas se apuntarían una gran victoria al haber logrado esquivar tan espinoso asunto de cara a las elecciones legislativas de 2022. En octubre se logró aplazar el abismo por dos meses tras la oferta realizada por el líder de la minoría republicana, el senador Mitch McConnell, aunque quedaba claro que era tan solo un parche momentáneo.
Estados Unidos nunca ha tenido que declarar la suspensión de pagos de su deuda nacional, pero estuvo muy cerca de hacerlo en 2011, cuando la mera posibilidad de que eso ocurriera desató el caos en los mercados financieros e hizo que Standard & Poor’s rebajara la nota de solvencia del país.
El proyecto de ley se encamina ahora a la Cámara de Representantes, donde su recorrido será triunfal debido a la mayoría que los demócratas tienen en ese cuerpo legislativo, y pasará luego a que la firme el presidente Joe Biden, habiendo llegado in extremis a la fecha tope del 15 de diciembre. El thriller del techo de la deuda ha mantenido su suspense hasta el último momento, ya que incluso ha esquivado los 60 votos necesarios para aprobar una medida de ese calibre. La semana pasada, Schumer y McConnell llegaban a un acuerdo para dejar en suspenso de manera concreta ese detalle y poder aprobar la medida con una mayoría simple de 50 votos, los que poseen los demócratas en el Senado.
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