Julen Lopetegui será entrenador del Sevilla hasta el partido del próximo sábado en Cornellà. Dependiendo del resultado y de la imagen que el equipo ofrezca ante el Espanyol el guipuzcoano seguirá al frente del equipo o será destituido. Ésa es la decisión que ha tomado el consejo ejecutivo del club andaluz, que ha mantenido diferentes reuniones este miércoles tras la enorme brecha abierta en la confianza de la afición y de los propios gestores en el técnico con el 0-4 infligido por el Manchester City en el estreno de la fase de grupos de la Champions.
El presidente, José Castro, cuya cabeza pidió la afición tras consumarse la goleada en contra, se reunió con sus vicepresidentes, Del Nido Carrasco y Gabriel Ramos, así como con el director deportivo, Monchi, y el director y subdirector general, José María Cruz y Jesús Arroyo. Sobre la mesa, la posible destitución de Lopetegui, cuyo Sevilla ha firmado uno de los peores arranques de liga de la historia del club, un punto de doce posibles jugando además con dos equipos recién ascendidos.
Con el paréntesis de la presentación de Januzaj y Dolberg, en la que la cúpula directiva estuvo presente con rostros muy serios, siguieron las reuniones en el Sánchez Pizjuán. A primera hora de la tarde fueron citados los capitanes Jesús Navas e Iván Rakitic con el objeto de pulsar con ellos el ambiente que hay en el vestuario y la confianza que el equipo tiene en el entrenador. Hasta ahora, los jugadores han mostrado su apoyo total a Lopetegui y así sigue siendo. La plantilla es consciente de que ha habido muchos cambios, que han llegado chicos jóvenes y que las cosas no han salido como hubiesen querido en este inicio de temporada.
Está claro que, salvo giro radical, Lopetegui está sentenciado en el Sevilla, en el que el divorcio ya era patente desde el final de la pasada campaña. Desde el mes de enero, cuando el Sevilla cayó en Copa en el célebre derbi del palo a Joan Jordán, el Sevilla ha ganado sólo 7 partidos oficiales. El club busca entrenador y el hecho de que no haya habido un cambio ya se debe a que las negociaciones no estarían cerradas. Por ello, Lopetegui, con dos años de contrato por delante, se sentará en el banquillo en Cornellà, pero si el Sevilla cae ante el Espanyol su cabeza puede rodar.