Pese a que las redes sociales arden con las palabras de Bori Fati, el padre de Ansu Fati, en un órdago al Barcelona dejando caer en El Partidazo de Cope que su predilección sería que jugara en el Sevilla, de cuya cantera salió, en el club andaluz en ningún momento piensan en que esta posibilidad sea real.
Enfrascado en una seria batalla por la permanencia y con el tercer entrenador, José Luis Mendilibar, en la misma temporada tras las destituciones de Julen Lopetegui y Jorge Sampaoli, el Sevilla no tiene capacidad económica para hacer frente al salario de Ansu Fati. Su prioridad es salvar la categoría para evitar un descalabro que además de deportivo sería económico, pues no en vano el club de Nervión tiene el cuarto presupuesto de la Liga y una plantilla con contratos en vigor de jugadores que la mayoría de los clubes de Primera no pueden mantener y que sería un serio problema en Segunda División porque no se podrían mantener. Y aún con el cuarto presupuesto de la Liga, la ficha de Ansu superaría en hasta tres y cuatro veces al mejor pagado en el Sevilla, que además lleva dos ejercicios acumulando pérdidas pese a las ventas de Koundé y Diego Carlos y que en la próxima Junta vendrá reflejada el dispendio en el pago de finiquitos a Lopetegui y Sampaoli, que ronda los 20 millones de euros.
El Sevilla, en el mejor de los casos, contando con que logrará evitar el descenso, no participará la próxima campaña en competición europea pese a que en las tres últimas campañas se ha clasificado para la Champions de la mano del técnico que empezó la temporada, Julen Lopetegui.
Las palabras del padre de Fati se han tomado en el Sevilla como un bonito gesto por la mención del club que lo acogió en sus primeros años en España, tanto a él como a su hermano.