El sábado, tras la clasificación del GP de Italia de F1, la polémica en Ferrari estaba más que servida. El pacto al que había llegado el equipo es que Vettel le diera rebufo a Leclerc en el primer intento de Q3 y que luego, en la segunda y última vuelta, ambos debían intercambiarse los papeles. Pero con la procesión de coches que se montó en el último minuto en pista, sin que nadie quisiera tirar para dar su rebufo al resto, Charles tuvo la oportunidad de liderar el grupo para llegar a tiempo a la línea de meta y entregarle su estela a Vettel. Pero decidió volver a dejar pasar a Sainz ante un Vettel que insistía por radio al equipo que le dijeran a Charles que se pusiera delante para cumplir con lo pactado. Pero con la pole en el bolsillo, Charles esperó al último momento y ‘Seb’ se quedó sin tiempo de cruzar la línea de meta para realizar su último crono, quedándose en cuarta posición.
A partir de ahí, la tensión en el equipo era todavía mayor que la ya supuesta por correr en casa, ante su afición, en un trazado en el que no ganaban desde 2010 con Alonso y en el que no podían fallar al ser favoritos por su mayor velocidad punta. Charles, con su estrategia de pillo y sublevadora respecto a su teórico líder Vettel, se había complicado de alguna manera las cosas, ya que con Sebastian en la cuarta posición sabía que debería plantar batalla a los dos Mercedes solo, sin la ayuda de su compañero. Y la presión era máxima. En el equipo hubo tensiones. Vettel, ante las televisiones, se mostraba descontento con la acción de Charles y pedía que el equipo revisara internamente el procedimiento. Hubo una reunión en la que el tono no debió ser muy alegre y la conclusión final es que no se podía volver a repetir una situación similar. Sabían que Leclerc no había actuado adecuadamente respecto a su compañero y le habían mostrado su malestar. Y en ese difícil contexto, Charles sabía que no podía fallar en pista.
Y así fue. El monegasco cumplió en el asfalto con una actuación brillante defendiéndose ante Hamilton y Bottas. Una carrera sublime del monegasco que unida al error incomprensible de Vettel (enésimo trompo del alemán) dejan a Charles como el claro líder y capitán de la ‘Scuderia del Cavallino Rampante’. Y sobre todo, le valió para ganarse el perdón de su equipo. Así lo expresó Mattia por radio con un sorprendente mensaje tras la carrera:
– Binotto: “Carlos, soy Mattia. Hoy estás perdonado”
– Leclerc: “¡Aaaaaaaah! Mil gracias, mil gracias, gracias a todos. Sois los más grandes. Madre mía. No tengo palabras. Gracias por todo. Gracias por todo. Sois los mejores. Para siempre”.
– Binotto: “Gracias a ti”
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