El Athletic se dispone a retomar la competición liguera. Será el domingo en San Mamés ante el Atlético de Madrid en horario de aperitivo (14 horas). Después de más de tres meses sin jugar un partido de competición -el último fue ante el Valladolid en Pucela el 8 de marzo (1-4), justo antes de que el Gobierno decretara el estado de alarma-, los rojiblancos encaran las últimas once jornadas del torneo de la regularidad con un único objetivo, lograr una plaza europea para jugar por el Viejo Continente la próxima temporada. En ello va el prestigio deportivo de equipo y también la economía del club, que se resentiría seriamente si no se alcanza esta meta.
“A los jugadores les he dejado muy claro cuál es el objetivo que tenemos en estos 11 partidos, meternos en Europa. No es fácil, pero a este equipo le veo capaz de todo. La exigencia aquí es máxima, así tiene que ser y se la he metido a los jugadores”, afirmó Gaizka Garitano. Este es el sentir general del vestuario. Así lo han manifestado los jugadores que se han podido expresar a través de las ruedas de prensa telemáticas que se han puesto tan de moda en este periodo de entrenamientos cerrados a la prensa. “Es un esfuerzo máximo el que hay que dar estos meses para llegar al final de temporada y conseguir el objetivo de Europa”, señaló Unai Simón, un hombre que se ha ganado la titularidad en la portería rojiblanca a base de buenas actuaciones.
Para ello habrá que remontar los cinco puntos de distancia que hay respecto al séptimo puesto que en estos momentos ocupa el Valencia. Todo ello en once partidos, con 33 en juego. La media de los últimos diez años para ser séptimos al final del torneo de la regularidad está en 56,4 puntos. Ahora el Athletic, después de disputadas 27 jornadas, suma 37, con lo que necesitaría 19 para alcanzar estos registros.
Se trata de un sprint importante, pero bien haría el equipo rojiblanco en fijarse lo que hizo la temporada pasada ya con Gaizka Garitano en el banquillo después de que relevara a Eduardo Berizzo en diciembre.
Entonces los rojiblancos lograron esta puntuación después de seis victorias, un empate y cuatro derrotas. Y curiosamente, la serie la comenzaron en Bilbao ante el conjunto del Cholo Simeone, el rival que visita San Mamés el domingo. Los leones dieron buena cuenta de los colchoneros (2-0), gracias a los goles materializados por Williams y Kenan Kodro en la recta final del encuentro. Después llegarían otros dos triunfos contra Girona a domicilio (1-2) y Levante en casa (3-2) antes de perder en la visita al Getafe (1-0).
Aquel balón al larguero…
Los leones retomaron la senda de las victorias ganando al Rayo en casa (3-2). Después se sucedieron la derrota en el Bernabeú (3-0), el triunfo en Leganés (0-1), el empate con el Alavés en Bilbao (1-1), el partido perdido en Valladolid (1-0), la victoria ante el Celta (3-1) y el 2-0 del Sánchez Pizjuán, con aquel balón al larguero de Iñigo Martínez con 1-0 en el marcador que bien pudo valer la clasificación europea. No se logró, pero los rojiblancos hicieron un sprint final de Liga que valía la séptima plaza. Una buena referencia para lo que espera desde el domingo.
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