Cada verano en el que el Team USA compite en un torneo internacional, en Estados Unidos tarde o temprano termina saliendo el mismo debate: ¿deberían las estrellas de la NBA ir a estos torneos?
Los estadounidenses respetan los Juegos Olímpicos por encima de cualquier otra competición internacional. En otros deportes como el fútbol, el mayor torneo es el Mundial, pero en el baloncesto los Juegos se colocan por encima, seguramente en buena parte por el legado del Dream Team y el mayor respeto que le dan las estrellas a este torneo.
En el otro lado de la balanza está la FIBA Americup, a la que el Team USA ha normalizado presentarse con jugadores que militan en ligas extranjeras o en la G-League. Solo han ganado una de las últimas seis ediciones y, sinceramente, no parece importarles demasiado.
Pero Adam Silver mantiene en el fondo de su lista de ideas una que heredó de David Stern, con quien perfiló antes de sucederle un plan que ha ido aplazando pero que se sigue comentando cada verano: enviar a jugadores sub-23 a las competiciones internacionales.
Motivos de salud… y económicos
Normalmente no lo expresan demasiado en voz alta por no ser considerados aguafiestas, pero en la NBA hay muchas voces críticas con que la liga “preste” a sus estrellas para las competiciones organizadas por FIBA, y sus detractores se encuentran principalmente entre los propietarios de las franquicias, ahora llamados gobernadores.
El que más veces lo ha expresado ha sido al que quizás más le cueste cerrar la boca, Mark Cuban. El dueño de los Dallas Mavericks siempre ha sido muy crítico en este asunto, y durante muchos años tuvo que aguantarse mientras Dirk Nowitzki jugaba cada verano para Alemania (algo que le costó mucho dinero en seguros a su federación y al propio Nowitzki). Para Cuban, la NBA es “estúpida” por prestar a sus jugadores, según decía a ESPN hace unos años, y animaba a la liga a crear sus propias competiciones internacionales para llevarse así los beneficios y repartirlos con los jugadores (y las franquicias, claro). Pero le valía una excepción: “creo que me valdría con que jugasen los sub-22. Desarrollarse, conseguir experiencia internacional, representar a tu equipo, todo eso está bien”.
El comisionado actual de la NBA también expresó en su día una coincidencia de pensamiento con Cuban “y otros propietarios” que se habían quejado repetidamente porque sus jugadores se quedasen sin descanso en verano, exponiéndose también a sufrir más lesiones. Primero Stern, y después Silver, resaltaron que el compromiso de la NBA de llevar a sus estrellas a los Juegos Olímpicos llegaba hasta los Juegos Olímpicos de 2016, después ampliado a los de 2020, pero que no aseguraban nada de cara al futuro.
Y sí, Adam Silver preferiría que las mayores estrellas solo jugasen el Mundial, una muestra más de la influencia que tiene en él el fútbol internacional, como él mismo reconocía en una entrevista con ESPN.
“Creemos que el fútbol internacional tiene un modelo excelente”, decía Silver, “y en el caso del fútbol, por supuesto, hay un Mundial, que es el mayor evento deportivo en el mundo y se disputa cada cuatro años, están los torneos continentales, y después, entre medias, disputan los Juegos Olímpicos como una competición sub-23 con excepciones. Y nosotros tenemos que analizar si tiene sentido que los jugadores top se queden sin descanso cada dos años en verano”.
El punto álgido de este debate llegó durante el verano de 2014, cuando vimos la horrorosa y gráfica lesión de Paul George en un partidillo de entrenamiento del equipo estadounidense. Desde entonces, cada vez que se produce una lesión en competiciones internacionales, o que un jugador llega más quemado de la cuenta por haber pasado el verano con su selección, el debate se reactiva. ¿Merece la pena poner en riesgo contratos de más de 100 millones de dólares por jugar con la selección?
Por suerte, últimamente no se han producido lesiones graves de estrellas de la NBA jugando con la selección estadounidense, pero el debate del sub-23 espera agazapado para volver a saltar a la mínima de cambio.
¿Cómo sería un equipo estadounidense sub-23?
Por curiosidad, hagamos el ejercicio de seleccionar una plantilla de 12 jugadores como la que podría enviar Estados Unidos a un torneo internacional si decidieran adoptar la medida de llevar solo a jugadores de 23 años o menores. La siguiente lista no está hecha como un ranking en el que unos son definitivamente mejores que otros, sino intentando darle un cierto sentido de equipo al grupo que, en teoría, entrenaría Steve Kerr.
Esto es lo que nos ha salido:
- ‘Guards’: Tyrese Haliburton, Cade Cunningham, Darius Garland, Tyler Herro.
- Aleros: Anthony Edwards, Scottie Barnes, Keegan Murray, Evan Mobley.
- Hombres altos: Paolo Banchero, Jaren Jackson Jr. Walker Kessler, Chet Holgrem.
- Justo fuera del corte: Zion Williamson, LaMelo Ball, Tyrese Maxey, Jaden McDaniels, Jalen Williams, Jalen Green, Jalen Duren, Devin Vassell.
A lo mejor la gran sorpresa era esa: buena parte del equipo actual del Team USA ya cumple el requisito de tener 23 años o menos. Cinco de sus componentes en concreto: Haliburton, Edwards, Banchero, Jackson Jr. y Kessler. En el global, nueve de los doce convocados tienen 26 años o menos. Y los más mayores de todos, los veteranos, son Josh Hart y Bobby Portis, que tienen 28 años.
A la hora de la verdad, no ha hecho falta que la NBA impusiera un límite de edad, porque los propios jugadores y el comité de selección encabezado por Grant Hill ya han tomado el camino de llevar plantillas más jóvenes. Han sido ellos mismos quienes han tomado la decisión de manera tácita, porque, aunque Adam Silver también prefiera el modelo del fútbol en este asunto, la realidad es que los jugadores top de verdad no van al Mundial, prefieren la experiencia de los Juegos Olímpicos. E incluso da la sensación de que el espíritu del Redeem Team se va perdiendo poco a poco y que las grandes estrellas pasan también cada vez más de los juegos.
¿O quizás sea también que las mayores estrellas de la NBA, las que ahora compiten por el MVP, son internacionales? Una vez que las generaciones de LeBron James y Kevin Durant dan sus últimos coletazos, el relevo lo han de tomar los Jason Tatum o Devin Booker, grandísimos jugadores también, pero menos temibles que los anteriores.
¿Cómo de favorito sería el equipo sub-23 propuesto arriba de cara a esta Copa del Mundo? Además de la evidente falta de experiencia que podrían echar de menos, el conjunto parecería tener un pequeño agujero en la posición de alero, con algunos jugadores reconvertidos para cubrirla. Lo más probable es que partieran como favoritos, pero ya hemos visto en más ocasiones cómo los nombres que ponen los estadounidenses sobre el papel no siempre se trasladan bien de manera conjunta a la pista.
Las diferencias se siguen acortando. Es posible que Estados Unidos ya nunca vuelva a ser tan favorita como lo era en el periodo de 2008 a 2016. Y la idea que sigue rondando las cabezas de quienes piensan en sus intereses económicos de formar una selección sub-23 podría ayudar a que las distancias se recortaran aún más.