El terremoto que sacudió Krasnodar


La selección española supo que ganar el Mundial de Rusia iba a ser misión imposible tres días antes del debut contra Portugal, un 12 de junio de 2018 que ya forma parte de la historia negra del balompié nacional.



Aquella tarde, un terremoto con epicentro en Madrid sacudió la concentración de La Roja en Krasnodar, la ciudad del sur de Rusia situada a 3.400 kilómetros de la capital de España que la Federación había escogido para levantar el cuartel general del equipo en busca de la gloria en Moscú.

A las 16.50 el Real Madrid publicó el siguiente mensaje en Twitter sin calibrar las catastróficas consecuencias que iba a provocar en el seno de la Selección: “Comunicado oficial: Julen Lopetegui será el entrenador del Real Madrid tras la celebración del Mundial de Rusia”. La noticia bomba pilló a todo el mundo a contrapié y desató una situación sin precedentes. Ni la prensa, ni la mayoría de jugadores (informados minutos antes por el propio Julen) ni la Federación estaban sobre la pista de unas negociaciones relámpago entre las partes.

Lopetegui no estaba en las quinielas para suceder a Zidane en el banquillo del Bernabéu, pero las negativas de Pochettino, Tite o Allegri entre otros obligaron al Madrid a acudir de urgencia al seleccionador, recién renovado

El nombre del entrenador vasco, que había renovado semanas antes de viajar a Rusia, apenas había sonado de refilón en la amplia ristra de candidatos a suceder a Zinedine Zidane en el banquillo del Santiago Bernabéu tras la renuncia sorpresa del francés días después de levantar su tercera Champions consecutiva en Kiev.

Sin embargo, las sucesivas negativas de técnicos como Allegri, Pochettino, Low, Tite o Klopp y la urgencia de encontrar un sustituto cuanto antes para empezar a planificar la siguiente temporada obligaron al Madrid a consultar al seleccionador, que no dudó en aceptar la oferta con la única condición de poder dirigir a España en el Mundial que estaba a punto de arrancar.

Luis Rubiales, que no llevaba ni un mes en el cargo de presidente de la Federación, fue informado por Florentino Pérez cinco minutos antes de que el Madrid lanzara el incendiario comunicado.

Luis Rubiales decidió destituir a Lopetegui el 12 de junio tras reunirse con Hierro, Julen y los pesos pesados del vestuario, que recomendaron su continuidad

Las súplicas de Rubiales para que la noticia no saliera a la luz fueron en balde, y el presidente se vio obligado a cancelar una reunión de la FIFA en Moscú para coger un vuelo a Krasnodar y apagar un incendio que amenazaba con devorar las aspiraciones de la Selección en el Mundial. De manera improvisada, el departamento de prensa de la RFEF anunció una rueda prensa conjunta con Rubiales y Lopetegui para la mañana del 13 de junio que nunca se llegaría producir.

Aunque al principio no estuvo sobre la mesa, la posibilidad de destituir al entrenador vasco fue ganando enteros con el paso de las horas. Rubiales se reunió con su equipo de trabajo, con Hierro y Lopetegui (que lamentó las formas del anuncio), con los capitanes y con algunos periodistas antes de tomar la drástica decisión.

A pesar de que un sector de la plantilla argumentó que lo mejor para luchar por el título era mantener a Lopetegui, Rubiales destituyó de manera fulminante al técnico para darle las riendas a Fernando Hierro, director deportivo de la Federación, y a Albert Celades aun a sabiendas de que deportivamente la decisión podría tener consecuencias catastróficas como así terminó ocurriendo en la temprana eliminación frente a Rusia en los octavos de final.

“Nos hemos visto obligados a prescindir del seleccionador”, anunció el presidente en la mañana del 13 de junio. “Es la situación más compleja que nos podía tocar, es un golpe muy duro”, declaró . Minutos después, Lopetegui y algunos miembros de su staff abandonaron Krasnodar para volver a Madrid, donde el técnico fue presentado al día siguiente con todos los honores: “Ayer fue el día más triste de mi vida y hoy es el más feliz”, declaró Julen, que solo duró 138 días en el cargo, víctima de los malos resultados.


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