El título del Barça presagia una nueva era

“Es mi primer título oficial con el club, ha tardado un poco, pero espero que sea el primero de muchos”, decía Nikola Mirotic justo al acabar la final de la Copa 2021 ante el Real Madrid. “Espero que esta Copa sea el inicio de algo más grande”, añadía Adam Hanga, convencido de que las opciones de que sigan más llegan esta misma temporada ya.

Todos coincidían en señalar este éxito copero de la temporada del Barça como el preludio de un cambio de ciclo en ACB, cuanto menos de una nueva era en la que el equipo azulgrana va a tener mucho que decir en el concierto español y europeo. Tras imponerse en la final al Madrid (73-88), el Barça conquista la que es su Copa número 26 y retoma la línea ganadora en esta cita que tuvo en 2018 y 2019. Esta vez no se trata, sin embargo, de un título aislado que llega en un buen momento puntual sino de la constatación de los progresos firmes de los hombres de Jasikevicius en una temporada prometedora.

Tras algunas dudas iniciales (Supercopa y Lliga Catalana) que demostraron la existencia de un lógico proceso de adaptación, el Barça ha encadenado ya dos rachas meritorias de triunfos en todos los frentes y ha logrado llegar a la disputa del primer título en condiciones de hacer buenos los pronósticos que le situaban como favorito.

Higgins y Oriola vibrando en el banquillo durante la final.
Higgins y Oriola vibrando en el banquillo durante la final.

Es el primer botín de un proyecto que arrancó la pasada campaña con los fichajes de Mirotic, Calathes, Higgins y Abrines como figuras principales y que se ha completado esta campaña con la llegada del técnico Sarunas
Jasikevicius. El lituano ha impuesto una filosofía clara de basket moderno, marcada por la exigencia, y ha sabido combinarlo, además, con oportunidades para los jugadores jóvenes en una apuesta necesaria de relevo generacional.

Aunque se venía especulando con la incorporación de un pívot que pudiera sustituir a Tomic, el Barça tan sólo fichó a Calathes en verano, en contraste con los años anteriores de cambios múltiples, y ajustó ya iniciada la temporada con Leo Westermann, un jugador complementario en la labor de dirección y perímetro. Con ello, el equipo ha sido capaz de responder a las expectativas y mostrar incluso progresos en jugadores de los que no podía esperarse tanto.

El actual liderato en la Euroliga confirma la buena linea del equipo hasta ahora, haciendo frente a problemas físicos que han afectado a hombres importantes como Higgins, Mirotic, Abrines o, actualmente todavía, Víctor Claver, haciendo emerger el trabajo del colectivo.

Este éxito copero del Barça llega a costa de su eterno rival, un Real Madrid que se paseó la campaña pasada en la Copa de Málaga y que en esta ha mostrado ciertos síntomas de agotamiento. Es cierto que los blancos llegaron a la cita con las bajas sensibles de Randolph y Taylor, y con un Rudy Fernández que quedó fuera de la final por problemas lumbares. También han sufrido la marcha de Campazzo a la NBA sin hallar recambio. “Debemos mejorar si queremos competir al más alto nivel”, decía al final del partido el técnico Pablo
Laso que se rendía a los méritos del Barça. “En ningún momento tuvimos la sensación de que podíamos volver al partido, no terminábamos de engancharnos, sobre todo en el marcador”, añadía.

Higgins, Brizuela y Henry, destacados en la Copa

La nominación de Cory Higgins como MVP de esta edición de la Copa resultaba indiscutible no sólo por su recital en la final ante el Madrid sino también por los dos partidos precedentes. El californiano resultó imparable para sus defensores en las penetraciones y los lanzamientos a media distancia, lo que ratificó su excelente momento de forma, habiendo olvidado ya la fascitis plantar que le llevó al quirófano en verano.

Además del escolta del Barça, la edición de Madrid deja algunas otras actuaciones individuales destacadas como las del base del Baskonia Pierrià Henry en el partido de cuartos ante el Joventut o en semifinales. También resultó descollante el recital anotador que protagonizó Darío Brizuela con el Unicaja que lideró el gran partido de los andaluces ante el Barça en semifinales con 33 puntos y rachas de anotación fascinantes. La suya fue, de hecho, la mayor anotación de un jugador español en los últimos 30 años.

En el capítulo colectivo, mención aparte también merece el Lenovo Tenerife, que completó un gran torneo y, tras superar con solvencia al San Pablo, estuvo cerca de evitar la clasificación del Madrid, al que dominó durante muchos minutos.

La Copa 2021 fue, sin duda, histórica también por la ausencia de aficionados en el segundo gran desafío que supera con nota la ACB en estas circunstancias tras la fase final de la última Liga.


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