El triángulo de Penrose, historia de una figura imposible

El triángulo de Penrose suele citarse mucho en la literatura científica. Algunos lo llaman el triángulo imposible. Sus atractivas formas han servido para ser utilizadas en logotipos (con ligeras variaciones), también lo podemos ver en los logotipos de reciclaje. Vamos a saber más de este triángulo que es de lo más curioso. Así que sin más dilación. ¡Comenzamos!

Historia del descubrimiento

El Triángulo de Penrose fue creado en 1934 por el artista sueco Oscar Reutersvärd. La figura se proporcionó como un paquete montado. De ahí en adelante, a este artista se le llamó «el padre de las figuras imposibles». Este dibujo es posible que hubiera quedado para el olvido, hasta que en 1954, un matemático, también sueco, llamado Rodzher Penrouz escribió un artículo sobre figuras imposibles.

Este hecho supuso el renacimiento de este triángulo. Eso sí, los científicos lo presentaron de manera más familiar. Ya no se usaban ladrillos y vigas, uniéndose entre sí las tres vigas en un ángulo de 90 grados.

Una larga trayectoria hasta el reconocimiento

Una de las diferencias es que Reutersvärd utilizó la perspectiva paralela. Lo que hace el Penrose es aplicar el carácter lineal a su diseño, con el resultado de una figura más rotunda. El triángulo se aplicó en 1958 en la Revista Británica de Psicología.

En 1961 Maurits Escher creó una litografía de «cascada». La hizo bajo la impresión que le causó un artículo sobre figuras imposibles.

En la década de los 80 del siglo pasado, el triángulo de Penrose y demás figuras imposibles se representaron en los sellos postales de Suecia, prolongándose esto durante años.

En 1999 se creó una escultura de aluminio que representa el triángulo imposible de Penrose en Australia. Su altura es de 13 metros. A pesar de que existen más estatuas de este tipo, ninguna iguala en tamaño a la de Australia.

¿Es imposible en realidad?

Lógicamente, el triángulo de Penrose, no es un triángulo como imaginamos. En verdad lo que hace es representar las tres caras del cubo, pero cuando lo vemos desde un ángulo determinado, genera una ilusión. Existen más figuras de este tipo, pero quizá este triángulo es la que ha terminado por ser más conocida.

Desde luego que este triángulo a nivel de diseño rompió esquemas. Como suele ocurrir, el pasado del tiempo ha conseguido que se reconozca. En el siglo XX hubo corrientes artísticas que trataron de abrir nuevas vías y que pasados los años, están empezando a valorarse como merecen por su gran aportación.


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