El truco definitivo para guardar y limpiar las alfombras de invierno en el armario

Aunque queda un mes para que comience la época estival, ya estamos disfrutando de temperaturas veraniegas, así que ha llegado el momento de decir adiós a los textiles de invierno. Seguro que a estas alturas ya has guardado el edredón, y ahora debes hacer lo mismo con las alfombras de invierno.

Lo primero a tener en cuenta es que las alfombras son uno de los principales focos de suciedad en el hogar: ácaros, chinches, pulgas, pelos de mascotas, restos de comida… Por esta razón, es muy importante limpiarlas en profundidad antes de guardarlos, y a continuación te explicamos cómo hacerlo paso a paso.

Consejos para limpiar las alfombras de invierno

En primer lugar, debes limpiar la alfombra en seco, y para ello lo mejor es que utilices la aspiradora. Utiliza el cabezal para superficies blandas o, si tienes uno específico para moquetas y alfombras, mucho mejor.

Como resulta lógico, lo mejor es quitar las manchas de la alfombra en el mismo momento en el que se producen. Sin embargo, puede que alguna se te haya pasado, así que este es el momento. Una vez has limpiado la alfombra en seco, revísala muy bien para comprobar que no hay ninguna mancha.

¿Qué tienes que hacer si hay alguna mancha? Te recomendamos utilizar un remedio casero a base de bicarbonato de sodio. Mezcla media taza de bicarbonato de sodio con treinta gotas de aceite esencial de lavanda y deja reposar un día. Espolvorea la mezcla sobre la mancha, deja que actúe quince minutos, friega sobre la mancha y, por último, aspira.

Si tienes mascotas en casa, como perros o gatos, tienes que volver a revisar la alfombra antes de guardarla una vez has dejado que se seque y has aspirado la zona de la mancha. Lo más seguro es que vuelva a tener pelos.

Por último, pasa la aspiradora y con un rodillo adhesivo limpia toda la alfombra para que no quede un solo pelo. Lo más importante a la hora de guardar las alfombras de invierno es que estén 100% secas.

Uno de los errores más comunes al guardar las alfombras es doblarlas. Siempre tienen que ir enrolladas para que no cojan formas indeseadas. Si pasan muchos meses dobladas pueden coger «vicios» en la estructura que luego resulta muy complicado corregir. Enrolla la alfombra, guárdala en el armario y cúbrela con una funda para que no coja polvo.


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