El truco del agua caliente para quitar de una pasada toda la piel del pescado

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el consumo de tres o cuatro raciones de pescado por semana, procurando varias las especies entre azules y blancas. Es precisamente el pescado una de las principales fuentes de nutrientes como el zinc, el fósforo o la vitamina A, entre otros muchos. En algunas especies, la piel es perfectamente comestible, aunque no a todo el mundo le gusta. Pues bien, si quieres quitarle la piel al pescado, este es el mejor truco para hacerlo de un tirón y sin estropear la pieza. ¡Toma nota!

Pon a hervir un cazo con agua. Una vez llegue a su punto de ebullición, sumerge durante unos segundos el extremo de la cola, de tal manera que escalde unos instantes. Luego, coloca el pescado sobre una tabla de cocina y retira la piel con un cuchillo no muy afilado.

Una vez retires la primera piel más fina y cocida, llegarás al pecado crudo. Solo queda levantarla un poco más separándola de la carne. Con un papel de cocina, tira con firmeza, pero con cuidado, mientras con la otra mano sujetas la pieza contra la tabla. ¡Sacarás toda la piel de un solo tirón! El pescado quedará perfectamente limpio.

¿Cómo conseguir el mejor pescado frito?

Si quieres preparar el pescado frito, ten en cuenta estos consejos. Lo primero y más importante que la pieza esté completamente seca antes de cocinarla. El más mínimo resto de agua puede hacer que el aceite salte, así que esto es fundamental.

Para controlar mejor la cocción y evitar que baje la temperatura del aceite, utiliza trozos pequeño. La mejor harina para el rebozado es la de garbanzos, ya que hace que el pescado quede crujiente por fuera y sabroso por dentro. Olvídate del huevo y el pan rallado.

Como resulta lógico, tienes que utilizar aceite limpio para freír el pescado. De lo contrario, alterarás su sabor. Para que quede perfecto, tiene que estar a una temperatura de entre 1280 y 210 grados. Controla muy bien el tiempo de cocinado: con 45 segundos es suficiente.

Después de cocinar el pescado, ponlo sobre papel de cocina absorbente para retirar el exceso de grasa, ¡y a disfrutar!

Y, por último, recuerda que el tiempo que dura fresco el pescado en la nevera son dos o tres días. Antes de guardarlo, lávalo bien y quítale todas las vísceras. Luego, ponlo encima de un plato y envuélvelo con un trapo un poco húmedo.


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