El trueque que la derecha ofrece a Los Verdes en Alemania: prórroga nuclear a cambio de límites de velocidad en las autopistas

El trueque que la derecha ofrece a Los Verdes en Alemania: prórroga nuclear a cambio de límites de velocidad en las autopistas

La crisis del gas, que tiene en estado de alerta al Gobierno alemán, ha traído un nuevo debate sobre la energía nuclear en Alemania y la velocidad máxima en las autopistas. En pleno receso político estival y con el canciller Olaf Scholz de vacaciones en Baviera, los dos partidos democratacristianos (CDU y CSU) han propuesto un inédito trueque político: estarían dispuestos a aceptar un límite de velocidad en las autopistas —una de sus históricas líneas rojas— a cambio de una ampliación de la vida útil de las centrales nucleares —algo hasta ahora irrenunciable para socialdemócratas y verdes—.

La propuesta ha suscitado un extraño debate político en la primera economía europea y amenaza con provocar una crisis en el seno de la coalición de Gobierno. ¿El motivo? Tanto el Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Scholz como Los Verdes, del ministro de Economía y Clima, Robert Habeck, se oponen a cualquier retraso en el apagado de las tres centrales nucleares que quedan en Alemania, que deberían echar el cierre a finales de este año. La tercera pata del Ejecutivo, el partido liberal FDP, se opone a la imposición de un límite de velocidad, pero se ha unido a la oposición conservadora en la petición de prolongar la vida de los reactores atómicos. La prórroga de estas instalaciones permitiría reducir tanto la quema de carbón —el combustible fósil más contaminante— como el gas —cuyo suministro no está ni mucho menos garantizado de cara al invierno—.

Pese al rechazo de verdes y socialdemócratas, no hay nada decidido por ahora. La ministra de Asuntos Exteriores, la también verde Annalena Baerbock, admitió el sábado en una entrevista en eldiario Bild que no descarta una prórroga para las tres centrales nucleares que quedan en Alemania. “Ahora estamos en una situación de emergencia en la que estamos examinando todo de nuevo”, dijo la ministra, que advirtió de los riesgos de una vuelta a la energía nuclear más allá de 2022. “Al fin y al cabo, en Alemania no abandonamos la energía nuclear porque sí. En estos difíciles procesos de toma de decisiones, siempre es importante dar cada paso sobre la base de los hechos”, dijo.

Un portavoz del Ministerio de Economía y Protección del Clima ha reconocido que el Gobierno ha encargado a los proveedores energéticos una prueba de estrés para la red eléctrica con el fin de determinar si el suministro de energía podría estar garantizado este invierno, incluso si se produce un corte total del gas ruso. La decisión final llegará solo cuando se conozcan los resultados de esta prueba, que pueden tardar varias semanas.

El líder de oposición y presidente de la CDU, Friedrich Merz, aseguró al canal ZDF que cree que los partidos de la coalición de Gobierno se pondrán de acuerdo para dar este paso. “Preveo que a finales de año veremos cómo se prolonga la vida útil de las centrales nucleares”, dijo Merz

Por ahora, los liberales del FDP han rechazado el trueque entre poner límites a la velocidad de las autopistas a cambio de ampliar la vida útil de las plantas nucleares. Su portavoz parlamentario, Christian Dürr, dejó caer que el intercambio estaba fuera de lugar, pero defendió la prórroga nuclear. “El Gobierno debe hacer todo lo posible para cerrar la inminente brecha del gas. El aumento de la vida útil de estas centrales podría contribuir de forma significativa, pero el límite de velocidad no”, afirmó.

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Otros dos líderes de la formación conservadora han aprovechado la propuesta para sacar provecho de las grietas de la política energética en el tripartito que gobierna Alemania. “¡Necesitamos energía! Algunos colegas del SPD y el FDP también lo ven así, pero no es posible por culpa de Los Verdes”, deslizó el presidente de la CDU, Friedrich Merz.

De forma más contundente, Alexander Dobrindt, líder parlamentario de la bávara Unión Social Cristian (CSU), mezcló al partido ecologista con el presidente ruso Vladímir Putin, acusándoles de poner en riesgo la prosperidad de Alemania. “Putin apaga el gas y Los Verdes apagan la energía nuclear. Esto provoca un apagón en invierno”, dijo.

La fijación de un límite de velocidad general de 130 kilómetros por hora en autopista ha sido objeto de un agrio debate durante años. Esa polémica ha ganado fuerza en los últimos años, después de que varias encuestas apuntasen a una estrecha mayoría de ciudadanos que defiende este tope. Según un cálculo realizado por la Agencia Federal de Medio Ambiente y dado a conocer el pasado abril, esa medida permitiría reducir el consumo de carburante en 600 millones de litros al año y las emisiones anuales de dióxido de carbono (CO2), en 1,5 millones de toneladas.

Hasta ahora, en el frente contra el límite de velocidad no solo estaban el FDP y los dos partidos democristianos: también el canciller Scholz parecía estar en ese grupo. Pero la guerra en Ucrania ha cambiado las reglas de juego.

Todavía sin aceptar el trueque propuesto por la CDU, el Ejecutivo de coalición ha empezado a dar marcha atrás en su tradicional política nuclear, señalando que la cuestión no es ideológica sino técnica. Y ha sugerido un posible cambio de postura sobre el cierre de las tres centrales, dejando caer que analizará si dejar esas instalaciones en funcionamiento durante más tiempo podría ayudar a impulsar la seguridad energética.

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