El último adiós al legendario activista y legislador John Lewis

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WASHINGTON — Uno por uno cruzaron la Rotonda del Capitolio para despedir al ícono de la lucha por los derechos civiles.

Fue una solemne muestra de unidad de parte de los líderes legislativos de ambos partidos en homenaje al representante John Lewis. Estuvieron la presidenta de la cámara baja Nancy Pelosi, quien describió a Lewis como “la conciencia del Congreso”, y el líder del Senado Mitch McConnell, quien dijo que había sido un ejemplo de coraje. También el vicepresidente Mike Pence y Joe Biden, el candidato demócrata a la presidencia.

Quien no se vio por ningún lado, en una ausencia que dice mucho, fue el presidente Donald Trump.

“No, no iré”, dijo Trump cuando se le preguntó si pensaba asistir a la despedida de Lewis, el primer legislador de raza negra que se le rinde un tributo oficial en el Capitolio. El féretro de Lewis fue posteriormente llevado a la escalinata del Capitolio, a la vista del público.

De este modo Trump hizo a un lado otra tradición y puso de manifiesto la distancia que lo separa de la sociedad de Washington así como su mala relación con los legisladores demócratas, en particular con los de raza negra.

Una portavoz de Lewis, quien falleció de un cáncer de páncreas, declinó hablar de política cuando se le preguntó si la familia del representante había estado en contacto con la Casa Blanca respecto a una eventual presencia de Trump, diciendo que eso era un tema “irrelevante”.

Sus restos serán expuestos mañana en el Capitolio Nacional.

“Este no es un evento político”, dijo Brenda Jones, portavoz de Lewis por años. “Es un momento para que rindamos homenaje a un hombre que hizo mucho por este país. Eso es lo que queremos que sea”.

Jones dijo que la gente “puede rendir homenaje de distintas maneras… Tiene ese derecho. Que haga lo que quiera. Estoy segura de que John Lewis lo apoyaría”.

La Casa Blanca no respondió a preguntas de por qué Trump no asistió a la ceremonia del martes. Su declaración del lunes de que no pensaba ir tomó por sorpresa a algunos colaboradores, según dos funcionarios que pidieron no ser identificados porque no estaban autorizados a tocar el tema.

Si bien se sabía que las probabilidades de que Trump asistiese eran mínimas, había habido conversaciones sobre una posible presencia suya. Trump ya había expresado reticencia a homenajear en público a Lewis porque le molestan las críticas que le hizo en el pasado.

Si bien el malestar de Trump incidió, el personal de la Casa Blanca se muestra renuente a hacerlo ir a sitios donde no será bienvenido y no estaba seguro acerca de la recepción que hubiera tenido.

Era uno de los pocos líderes del movimiento por los derechos civiles que aún vivía y su muerte generó un aluvión de homenajes que contrastó con la tibia reacción del presidente Donald Trump.

Pence, quien tenía una relación personal con Lewis, fue considerado una alternativa más segura. El jefe del despacho de Trump Mark Meadows y otros miembros del gabinete también asistieron.

Trump tuvo una relación antagónica con Lewis. Luego de su elección, Lewis lo describió como un presidente ilegítimo por los esfuerzos de Rusia para que fuese elegido y boicoteó la ceremonia en que Trump asumió la presidencia. Trump respondió diciendo que el distrito de Atlanta que representaba Lewis, mayormente negro, “se caía a pedazos” y le recomendó que se concentrase en “las localidades pobres que se incendian y están llenas de delincuencia”.

En diciembre de ese año Lewis se negó a hablar en la apertura del Museo de Derechos Civiles de Mississippi porque Trump estaría presente. Lewis apoyó a Biden en las primarias demócratas y exhortó al electorado negro a que vote por él.

John Lewis, el líder del movimiento por los derechos civiles cuya sangrienta golpiza a manos de agentes estatales de Alabama en 1965 ayudó a impulsar la oposición a la segregación racial, y quien tuvo una larga y celebrada carrera en el Congreso, falleció. Tenía 80 años.

Trump mencionó el fallecimiento de Lewis en Twitter, pero le tomó 14 horas hacerlo y su mensaje pareció de compromiso, sin sentimiento, especialmente comparado con el que difundió tras la muerte del conductor de programas televisivos Regis Philbin, fallecido la semana pasada.

“Me entristece la noticia de la muerte del héroe de los derechos civiles. Melania y yo rezamos por él y por su familia”, escribió Trump.

Muchos de los asistentes al homenaje, no obstante, no echaron de menos a Trump.

Al parecer el hombre blanco participaba en la contramanifestación en Londres.

“Creo que es mejor que no venga”, opinó Phillip Estes, de 53 años, planificador urbano de Washington, que estuvo entre los cientos de personas que se congregaron para homenajear al legislador.

”Probablemente hubiera querido acaparar la atención”.

Jay Stegall, de 33 años, estudiante de posgrado de la American University oriundo del distrito de Lewis, asistió con sus dos hermanas menores y su hija de cuatro años.

El activista y su hija hablaron en exclusiva con Francisco Cáceres en Un Nuevo Día. Para más programación de Telemundo entra en www.telemundo.com/now

“No hubiera sido (un gesto) auténtico”, expresó, aludiendo a la presencia de Trump. “Hubiera sido otra foto para él. Sin duda no hubiera entendido la importancia del momento”.

Hijo de trabajadores del campo nacido en plena segregación racial, Lewis fue golpeado por soldados en Alabama durante la lucha por los derechos civiles. Fue compañero de ruta de Martin Luther King y en el 2011 Barack Obama, el primer presidente de raza negra de Estados Unidos, le concedió la Medalla de la Libertad.




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