El VAR no protege a Odegaard


“¡Es roja, es roja!” gritaba Martin
Odegaard todavía asustado por haberse librado de lo que pudo ser una grave lesión cuando vio que el árbitro del partido, Soto
Grado, únicamente mostró amarilla a Javi
García. El centrocampista bético le acababa de cazar en su pie izquierdo cuando lo tenía apoyado mientras conducía con la derecha. Una acción horrible, brutal, sin opción de jugar el balón que le pudo costar cara al noruego y que el árbitro saldó únicamente con una cartulina amarilla.




Si el colegiado sobre el césped, el debutante Soto
Grado, tiene poca disculpa porque estaba muy bien colocado, es injustificable que desde la sala VOR no le indicaran, sin discusión, que tenía que consultar las imágenes ya que la acción era susceptible de roja. Sobre todo cuando 24 horas antes, en el Metropolitano, el coreano del Valencia, Lee
Kang
-In, había sido expulsado por una acción similar, si cabe menos violenta que la que protagonizó Javi
García sobre Odegaard. En primera instancia, el árbitro del Atlético de Madrid-Valencia únicamente mostró amarilla al joven extremo valencianista pero, tras consultar el monitor, corrigió y le sacó la roja directa.

En el caso del partido de ayer en Anoeta, la jugada pone el foco sobre Álvarez
Izquierdo, era el árbitro al frente del VAR. Un colegiado que ya era malo cuando estaba en activo y ahora no parece haber mejorado sus prestaciones. Fue el mismo que en la octava jornada no fue capaz de corregir el penalti que le pitaron al Levante en Leganés, cuando el derribo había sido manifiestamente fuera del área.


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