Lleva cinco años siendo considerado el mejor ‘matador’ del mundo, y no ha jugado, ni lo hará jamás, en la NBA. De hecho, el canadiense Jordan Kilganon, 28 años, 1,85 de estatura, no ha vuelto a jugar al basket 5×5 tradicional desde que lo hizo en su pequeña universidad, Humber College, y de eso hace casi una década. Kilganon se llama Jordan por Michael Jordan, homenaje de un padre que le ponía vídeos de ‘Air’ y le animaba a hacer sus primeros mates a los tres años con una canasta de juguete. Y hoy, este atleta-acróbata blanco con físico de saltador de altura se gana la vida, y muy bien, haciendo mates en espectáculos por todo el mundo y viralizando sus ‘dunks’ imposibles en Youtube y las redes sociales.
“Si me dejasen competir en el concurso de mates de la NBA oficialmente, ganaría yo”, dice sin atisbo de rubor. “Hay una diferencia importante: ellos -los jugadores de la NBA- juegan y entrenan para el basket; yo solo entreno para los mates”. Eso sí: sus mates son artísticos y sin un rival delante, a diferencia de lo que se encontraría en la NBA.
Los suyos son una obra de arte. El del ‘Escorpión’, con un giro imposible hacia atrás de su brazo, una vez sobrepasado el aro, o el ‘Lost and Found’ han hecho historia y acumulan millones de visitas en los vídeos que cuelga el propio Kilganon. Su fama le llevó a ser invitado fuera de concurso al All Star de la NBA en 2016 y 2017, donde dejó para la posteridad mates imposibles vistiendo pantalones vaqueros, saltando encima de coches, de grupos de cuatro personas… cualquier locura que se le ocurre, la convierte en realidad.
Un derroche físico que solo puede hacerse realidad cuando se cuenta con un físico como el de Kilganon. Es bajo para el standard del basket, apenas 1,85, y confiesa que no hizo su primer mate hasta los 16 años, pero su capacidad de salto marca la diferencia. Se le ha registrado un salto en vertical de 1,25 metros, muy similar al que en su día se le midió a Michael Jordan o al matador más bajito de la NBA, Spud Webb, campeón de mates en 1986 con solo 1,67 de estatura. Un impulso por encima de lo normal que permite al ‘Jordan blanco’ besar literalmente el aro con sus labios en algunos de los mates que realiza.
Aún más impresionó a los especialistas en biomecánica saber que Kilganon limitó hasta los 23 años sus entrenamientos a hacer mates durante horas. Nada de gimnasio, nada de pesas ni ejercicios específicos. “Solo saltaba y saltaba, haciendo mates durante horas. Cuando empecé a ser conocido, empecé a pisar el gimnasio, pero antes se trataba solo de saltar y saltar”. Fue en 2013, cuando la firma Hoopmixtape lo ‘arrancó de su Ontario natal para llevarlo a Los Angeles y convertirlo en una estrella del basket callejero y de los mates como espectáculo más allá del basket tradicional. Comenzó entonces su carrera al estrellato, las invitaciones para desafiar a los jugadores de la NBA y explotar su creatividad sin límite. “Tengo en mi ordenador centenares de ideas para hacer mates que nunca se han hecho, cosas increibles. Y poco a poco los he ido haciendo realidad”.
“Técnicamente, puede decirse que soy mejor que Michael Jordan haciendo mates”, explica Kilganon, insistiendo en que sus palabras no son un ejercicio de presuntuosidad, sino el reflejo de que los mates son su trabajo, mucho más que en el caso del inolvidable ‘23’ de los Bulls.
A luminarias ya retiradas de la NBA como Charles Barkley y Shaquille O’Neal los dejó con la boca abierta cuando puntuaron sus ejercicios en el show ‘Dunk King’ de la TNT, con su cabello teñido de azul y su pinta de surfero despistado. Y hoy, cerca de cumplir la treintena, sigue entrenando duro sin temer el día, cada vez más cercano, en que sus piernas ya no sean capaces de saltar tanto.
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