El virus del Nilo provoca una tercera víctima mortal en Sevilla


El virus del Nilo Occidental, transmitido por la picadura de mosquitos, ha causado el brote de meningoencefalitis vírica en Sevilla que ha infectado a 19 personas, 17 de ellas ingresadas en hospitales y siete en la UCI. Los análisis de laboratorio de 12 pacientes de Coria del Río y La Puebla del Río, localidades ribereñas del Guadalquivir con gran presencia de mosquitos, han dado positivo a este virus, según ha confirmado este jueves la Junta andaluza.

Tras las recomendaciones para que los 42.000 vecinos frenen las picaduras de mosquitos con el uso de repelentes, evitando paseos al amanecer y la puesta de sol, instalando mosquiteras o vistiendo manga larga, ahora la Consejería de Salud ha activado el protocolo establecido, que incluye fumigaciones. “Tendremos medidas para luchar contra el mosquito además de las preventivas, medidas para eliminarlos a la mayor brevedad posible”, ha avanzado el consejero andaluz de Salud, Jesús Aguirre.

El virus, transmitido por el mosquito del género Culex, un mosquito común en nuestro medio, provoca un 0,1% de muertes entre los infectados, un 1% de inflamación en las meninges y el cerebro [meningoencefalitis], un 20% de fiebre controlable y un 80% casos asintomáticos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las muestras analizadas en el Centro Andaluz de Virología han sido remitidas al Centro Nacional de Microbiología para realizar contraanálisis.

¿Cómo se frena su expansión? “Es muy complicado porque el vector más importante es nuestro mosquito común. Ese puñado de infectados que han enfermado en Sevilla significa que habrá muchos infectados, unos 2.000 [los humanos no son transmisores del virus, solo las aves]”, calcula Joan Ramón Villalbí, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas). Villalbí recuerda que deben descartarse “medios químicos agresivos” por sus efectos nocivos [como la fumigación realizada en Nueva York en 2000 y 2012] y urge a controlar las zonas de cría de mosquitos y extremar las medidas preventivas.

Sin embargo, Jordi Figuerola, investigador de la Estación Biológica de Doñana que estudia la transmisión del virus del Nilo desde 2003, alerta de que con el verano ya avanzado y una presencia de mosquitos un 30% superior a la registrada en 2019, la fumigación es la única solución, además de que existen productos con un daño mínimo para el medio ambiente en el entorno de Doñana. “Hay sustancias que usadas correctamente no deberían dar problemas. A estas alturas hay que plantear actuaciones para reducir la población de mosquitos adultos, tratamientos con pesticidas. Lo ideal es matar las larvas, pero como ya tenemos lo que tenemos, hay que intentar que caiga la transmisión. Fumigar no es la panacea, pero tiene un efecto”, explica este experto en ecología de campo y la dinámica de transmisión de enfermedades infecciosas a través de mosquitos.

Figuerola apunta al confinamiento provocado por la pandemia y las abundantes lluvias primaverales como causantes del aumento inusual de mosquitos en la zona de Coria del Río y La Puebla del Río, un 30% más que en 2019. “La población no estaba en el campo, lo que ha provocado que se acumulara agua en muchos lugares donde no se acumularía o que se vaciaría muy rápidamente, lo que ha generado criaderos de mosquitos”.


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