El visto y no visto de Robert Moreno en el Mónaco

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Robert Moreno regresa a comienzos de la semana que viene a los banquillos en el Mónaco. Este sábado viajó al Principado para formalizar un contrato que lo liga al equipo de la liga francesa hasta junio de 2022, en sustitución del portugués Leonardo Jardim, que ha sido destituido dos veces en once meses después de marchar séptimo clasificado en la Ligue 1.

?⚪️ L’AS Monaco annonce la fin de la collaboration avec Leonardo Jardim et l’arrivée au poste d’entraîneur de Robert Moreno. https://t.co/yvFg8SbJic
— AS Monaco ?? (@AS_Monaco) December 28, 2019

“Estamos muy contentos de anunciar la llegada de Robert Moreno. Tenemos mucha fe en él y en su capacidad para llevar al equipo al éxito. Le damos la bienvenida al AS Mónaco”, decía este sábado en un comunicado oficial Oleg Petrov, vicepresidente y director general del club.
También tenía unas palabras para el técnico saliente: “En nombre del presidente Dmitry Rybolovlev, me gustaría agradecer a Leonardo Jardim todo su trabajo y éxitos en los años recientes. Leonardo y su equipo han hecho todo lo posible para mantener al club en la Ligue 1 y devolverlo al sitio que le corresponde en nuestro campeonato”, dice el texto.

Las exigencias del Mónaco son muy altas desde que ganó la Liga y llegó a las semifinales de la Champions con el propio Jardim. El reto seduce a Moreno, que ha rechazado diferentes ofertas desde su salida de la selección española después del contencioso mantenido con Luis Enrique. No aceptó por ejemplo una oferta para ser seleccionador de Ecuador porque su interés era dirigir a un equipo con aspiraciones en una gran liga como la de Francia.
Moreno, de 42 años, fue seleccionador español desde junio hasta noviembre pasado cuando sustituyó a Luis Enrique. Ambos compartieron equipo, el asturiano como entrenador y el catalán como ayudante, en el Roma, Celta y también en el FC Barcelona, club con el que consiguieron el triplete en 2015 después de ganar la Champions en Berlín.
Moreno asumió la dirección de España antes del partido contra Malta —0-2 en La Valeta— por la enfermedad de la hija de Luis Enrique y fue el técnico durante 237 días y nueve partidos, saldados con siete victorias y dos empates, balance que certificó la clasificación del equipo para la próxima Eurocopa. Al final del encuentro ante Rumania, disputado en el Wanda Metropolitano, Moreno canceló la rueda de prensa posterior después de saber que no continuaría como seleccionador a pesar del 5-0. El silencio del día después contrastó con la conferencia de prensa de la jornada anterior, cuando ya había dudas sobre su continuidad, en la que afirmó que se ponía un 10.
Guerra fratricida
La situación provocó un agrio enfrentamiento entre Moreno y Luis Enrique. El asturiano regresó en noviembre al cargo de seleccionador sin su compañero —se suponía que con su regreso el catalán también recuperaría la función de segundo entrenador— al entender que había jugado sucio en su ausencia: “Robert Moreno fue desleal, la ambición desmedida es un gran defecto”, afirmó Luis Enrique. “El único responsable de que Robert Moreno no esté en mi staff soy yo. No es el presidente, Luis Rubiales, ni el director deportivo, Molina, ni mucho menos la Federación. Soy yo”, zanjó el asturiano al regresar al banquillo tras perder en agosto a su hija Xana.
“Si yo no hubiese seguido, Luis Enrique no sería seleccionador”, replicó Moreno, después de sostener que no sabía los motivos por los que el técnico asturiano había prescindido de sus servicios para La Roja. El exseleccionador consideró que se le había atacado de forma “personal e injusta”.
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