El vivac de MD: ¿Cómo se celebró fin de año en el Dakar?

El vivac de MD: ¿Cómo se celebró fin de año en el Dakar?

Los integrantes del vivac del Dakar 2023 no olvidarán el fin de año de 2022. Era un día diferente, de celebración más allá de la burbuja del campamento, pero dentro de él, de máxima concentración entre los participantes. El día 31 se disputó la etapa prólogo y todos empezaban a jugarse cosas importantes. Y el día 1, era momento del fuego real, de la disputa de la primera etapa. Parecía que no habría tiempo para celebraciones entre una cosa y la otra, que sería un día más en el Dakar, pero finalmente, hubo algunas sorpresas. 

Tras acabar la prólogo, charlamos con varios pilotos sobre los planes que tenían para la noche del 31. La cosa parecía no ir con ellos. Tan metidos están en la carrera, que incluso alguno olvidó que se trataba del último día del año. Fue el cas de Joan Barreda. 

“Antes mi novia me ha dicho que era Nochevieja y yo ni me acordaba. Hace ya muchos años que no lo celebramos demasiado, pero así es nuestro trabajo. Mañana nos levantamos bien pronto, estamos acostumbrando al cuerpo a madrugar, hoy ha sido a las seis, mañana será antes, a las cinco o las cuatro y media… el chip total dakariano”, apuntó el de Torreblanca, dejando claro que se iría pronto a la cama en su motorhome. 

“No entiendo la pregunta… (le recordamos que es 31 de diciembre) ¿Ah sí? ¡Es 31! Lo había olvidado (risas). Me había olvidado por completo de que era 31 de diciembre. Me iré seguro a la cama antes de las 00.00, pero espero que el equipo haga una cena un poco mejor que el resto de días (risas)”, apuntó.  No se equivocaba. A las 19.00 h (hora en la que se cena en Audi por ser una firma alemana), ya había cola ante la carpa donde se sirve la cena. Habían encendido una pequeña barbacoa y preparado patatas y salsas para acompañar los entrecots y hamburguesas que estaban preparando. Tras ello, a descansar, y los que aún tuvieran que trabajar, debían seguir con sus obligaciones. 

“El año pasado fue en el hotel, esperando los primeros días, pero hoy en el vivac, estamos tranquilos, para ir pronto a la cama, seguro que no habrá ninguna fiesta. No esperaremos (para tomar las uvas en España) a las doce, iremos a descansar, y no sé si habrá algo especial en el equipo, tampoco he preguntado, pero no creo que haya cosas diferentes a lo normal”, expresó por su parte Carlos Sainz, quien se guardó el secreto de que su hijo Carlos Sainz jr le visitaría (llegó a las 22.00 h al campamento).

“Yo no tengo problemas para hoy. No me gusta la uva”, apuntó Lucas Cruz, copiloto de Sainz, por su parte. 

“Es un día extraño que empieza a ser habitual. Mientras unos toman uvas, nosotros ya estamos en el quinto sueño. En Navidad ya hice una pequeña celebración en casa y adelantamos un poco la celebración de inicio de año. Me iré a la cama pronto. Normalmente me suelo ir a dormir a las 20.00 h”, comentó el salmantino Lorenzo Santolino. Sin embargo, debió dar un salto de la cama al escuchar lo que a nosotros nos llamó la atención cuando ya nos metíamos en la tienda de campaña. Unos pitidos repetitivos de unos camiones avisaban a las 23.55 de que algo iba a suceder en una zona del vivac. 

Nosotros, ya dábamos por hecho que sería una noche cualquiera, sin celebraciones. Es cierto que la cena del comedor del Dakar fue especial, con una especie de barbacoa a base de pollo y un trozo de ternera y la entrega de un gorro de fiesta. En el comedor y en el vivac, eran muchos los que portaban el gorro y eso le daba al ambiente un toque de festividad. También se vieron en el ‘briefing’ previo a la Etapa 1 en la plaza central del campamento, momento especial en el que cada día se unen todos los competidores para escuchar las indicaciones del director del Dakar, David Castera, sobre la que será la etapa del día posterior. Allí, David le deseó un feliz año a todos y el vivac al completo respondió con un aplauso. Después, abrazos y felicitaciones. Pero poco más. 

Sin embargo, a las 23.55 h el pitido de aquel camión hizo que muchos se desplazaran hasta él desde varias partes del vivac. Allí me encuentro a Mónica Plaza. “No sé si lo van a hacer, que les han dicho que no lo hagan porque van a despertar a los pilotos de motos, que se despiertan a eso de las 5 de la mañana”. Pero aquellos hombres no parecía que fueran a parar por nada del mundo. En total, había 5 camiones de asistencia en fila. Delante suyo, uno de los integrantes de su equipo, con un móvil encarado hacia ellos para mostrarle la hora. Y ahí empezó la cuenta atrás. Los alumnos de la Universidad de Nebrija, que han participado en la mejora del coche de los Plaza, le ponían acento español a ese “10, 9, 8…”. Y finalmente, llegó la hora. Las tradicionales campanas, en el vivac de Yanbu se convirtieron en pitidos. Las luces, las pusieron los camiones con sus destellos. Y delante suyo, decenas de personas de distintos equipos bailando y brindando con Coca-Cola. Allí había una furgoneta con uno de los laterales abiertos repartiendo bebida (sin alcohol). Y gente de muchos lugares del mundo celebrando juntos un fin de año atípico. 

Pero había más. A unos 50 metros, otro camión subía la apuesta interpretando con sus pitidos canciones conocidas. Allí se reunieron integrantes de los equipos cercanos. El camión estuvo pitando como unos 10 minutos, sin parar. Santolino, que estaba durmiendo desde las 8 de la tarde, lo debió escuchar porque no estaba lejos de allí. Y mientras, en la plaza central del vivac, ante la hoguera, sonaba ‘La Macarena’ y un equipo de argentinos enloquecía al escuchar el ya famoso ‘Muchachos’ que acompañó a Messi y a compañía hasta su tercera copa. En un vivac con mayoría de franceses y organización francesa, sonó el ya ‘himno’ de la Argentina tricampeona. 

Parecía una fiesta. Solo un momento de relajación entre tanta tensión competitiva. 10 minutos después, en la plaza central no había ni rastro de celebraciones. Todos ya estaban en sus tiendas. Había que dormir. Unas horas después, el año comenzaba con la disputa de la Etapa 1 del Dakar 2023. 




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