Elsa Pataky habla de su matrimonio no tan perfecto con Chris Hemsworth


Solo la delata un ligero acento, una pequeña dificultad a la hora de dar con las palabras exactas cuando las busca en castellano. Por lo demás, no parece que Elsa Pataky se hubiera marchado de España hace ya casi 15 años. Pero después de seis en Australia, donde ha hecho su vida con su esposo, el actor Chris Hemsworth, sus tres hijos y buena parte de su familia, lo tiene claro: “No, no hay vuelta atrás”. No volverá a vivir en España. “Me he adaptado a ese tipo de vida y me encanta. Me encanta venir a España, pasar los veranos aquí, transmitir las tradiciones a mis hijos… Pero no podría vivir en una ciudad. Me iría a un pueblo del norte”. Eso sí: queda una opción. “Me vengo a España antes que a Los Ángeles. Eso sí que no. Chris tampoco, se vendría a España mucho antes que a Los Ángeles. Le encanta España: cuando volvemos, por la mañana, a mediodía y por la noche come jamón”.
Después de pasar más de 20 horas metida en aviones (“al final del día acabas un poco cansada”, reconoce sin perder la sonrisa), la actriz, relajada, sonriente y habladora, se sienta en un sofá de terciopelo rojo y charla con EL PAÍS como imagen de la campaña de navidad de la marca de lencería Women’s Secret. Se siente identificada, le interesa “su causa, su compromiso contra el cáncer de mama”. “Me gusta mucho trabajar con marcas españolas, el orgullo nacional…”, dice risueña. 
A Pataky le gusta España y se le nota. “India ya habla español, me habría gustado traerla”, explica sobre su hija mayor, de siete años. “Yo vivía muy cerca de aquí, en la calle San Bernardo, este es mi barrio. Siento nostalgia. Así que me gusta venir a ver a mis amigas, las luces de Navidad… Me siento arropada por la prensa, por la gente de la calle”, dice, mirando por la ventana de un palacete de la plaza de Santa Bárbara a un Madrid especialmente gris. Sin embargo, su vida está muy lejos del asfalto, los paraguas, los camiones que pitan a pocos metros. 
“Como no puedo vivir sin mi familia, me los he ido trayendo”, explica sobre su vida en las Antípodas. “Se han adaptado, los quiero tener cerca. Mi hermano está por allí, mi madre pasa temporadas…”. Los Hemsworth-Pataky viven en Byron Bay, un pueblo costero, rodeados de animales, “de caballos, de playas vacías”. Allí han construido también su casa, una impresionante mansión que está valorada en más de 18 millones de euros. Ella le quita hierro al asunto y asegura que el seguimiento por parte de los medios ha sido “una locura”. “Es una pena las fotos de la casa cuando no está acabada. No es una casa ni mucho menos más grande que la que teníamos en Los Ángeles. Pero se hace mucha vida fuera, hay unas terrazas enormes que parece que son parte de la casa…”, explica, asegurando que muchas de esas imágenes se han exagerado para generar titulares.

ampliar foto

Elsa Pataky y Chris Hemsworth, en un estreno en julio en Hollywood. CORDON PRESS

Porque ella y su familia, pese a decidir vivir en un país lejano del foco mediático y con escasa población, siguen estando en el punto de mira. Pataky asegura que siguen inventando informaciones sobre ella: cuando llegó al aeropuerto descubrió que estaba en crisis con su marido. O eso decían las revistas, claro. “Como estamos bien y ya no puedes estar embarazada, pasamos a los divorcios”, ironiza. “¿Pero de dónde se lo pueden sacar?”, se asombra. “Acabas, digamos, acostumbrándote… pero no del todo. Sigue fastidiándote que se hagan comentarios falsos sin saber y sin comprobar”. Por eso ha decidido tomar la decisión de no leer apenas nada.
De lo que tiene ganas de hablar es de algo que ve claro en su tierra de adopción: el cambio climático. Se considera una activista porque lo viven “en el día a día”. “Estamos muy preocupados. Hemos tenido incendios a 30 kilómetros porque vivimos en una zona tropical en la que lleva meses sin llover. Estábamos llenos de humo. Se te ponen los pelos de punta cuando ves que la gente y los gobiernos niegan el cambio climático. Tenemos que hacer todo lo que podamos, cambios radicales en nuestra vida”. Sin embargo, ve que en España hay políticas más activas, más esfuerzos y una concienciación mayor que en Australia. “Individualmente podemos hacer mucho, pero son los Gobiernos, es un movimiento masivo”.
Otra de las cuestiones que también defiende es la igualdad salarial. “Se está moviendo muchísimo, creo que es necesario y hay que defenderlo. Pero quiero que mis hijos y mis hijas sean iguales, que no nos lo llevemos al extremo. Porque también hay muchos hombres feministas, que están totalmente de acuerdo con este movimiento. Chris, mi marido es feminista, incluso más que yo. Que señalemos con el dedo a todos los hombres en general es peligroso. Hay que defender a los hombres que luchan por nosotras de la misma manera que lo hacemos nosotras”. 
Como Pataky no ve ni lee lo que se publica en la prensa, tampoco se ha enterado de la polvareda que han generado sus declaraciones de que hace 16 horas de ayuno diario. Ella se ríe y, con prudencia y tablas, lo aclara. Para empezar, que ella no es médico. “Que quede muy claro, que cada uno haga lo que quiera. Yo lo cuento en mi libro de la forma que es y las propiedades que tiene, yo me siento muchísimo mejor”, relata sobre lo que explica en Strong, su nueva obra, sobre un método en el que ha introducido, a regañadientes, hasta a su madre. “Porque al principio cuesta, pero cuando le he dicho que es un antiedad maravilloso…”. Su método es como cada uno quiera, dice. “Aquí en España es más difícil porque cenamos muy tarde, es una de las cosas que tenemos que cambiar. Normalmente ceno a las seis y a partir de las siete ya no como nada hasta las once de la mañana del día siguiente. Puedes tomar agua, café, té… Sin leche, sin azúcar, sin sacarina. Yo acabo llevando a los niños al cole sin comer nada, aguanto una hora más y luego vas con tus amigas a tomar un desayuno”. El método Pataky.


Source link