Embiid le dice "no en mi casa" a Doncic en el último minuto y agrava la situación de Dallas

Embiid le dice "no en mi casa" a Doncic en el último minuto y agrava la situación de Dallas

Joel Embiid susurraba a la oreja a Luka Doncic al final del partido, sacando una amplia sonrisa al esloveno. Mucha broma pero antes se la había mojado con un tapón en el último minuto para dejarle aún más enojado, para dejar a Dallas todavía más al límite (116 – 108).

Parece Doncic a volver a ser Doncic, tan risueño en la pista como de costumbre. Relativiza la cada vez peor situación de unos Mavericks que no fueron los Mavericks de bien, corales y consistentes que jugaron excepto el, volviendo a ser el equipo de Jason Kidd ese equipo al que le tiembla el pulso en el tiro y concede cerca de su aro cuando la presión aprieta.

“Todavía tenemos oportunidades. No deberíamos darnos por vencidos todavía”, dijo en declaraciones recogidas por ‘The Dallas Morning News’ tras el choque, optimista, el ’77’. Por su parte, Irving pide tiempo. Aunque se acaba: “La visión realista cuando vine aquí es que esto iba a ser un proceso de crecimiento. Era para el largo plazo y era por algo más grande que nosotros mismos, y no podemos ser un equipo campeón de la noche a la mañana, especialmente conmigo viniendo aquí”, defendió el ‘2’. 

En un día sin excesos anotadores de ninguna de las estrellas, con 24 tantos, 10 rebotes y 8 asistencias para el esloveno -9/20 en tiros y 4/9 en triples-, 23 para Kyrie Irving -8/17 en lanzamientos y 3/7 desde el perímetro- y 25 para Embiid (8/17 en TC), le bastó al camerunés con su versión ‘chill’ para resquebrajar todavía más el proyecto de altura de Dallas. 

Su tapón ‘clutch’, su mejor golpe de rabia para responder a las toneladas de críticas recibidas por no presentarse a la cita por el MVP con Nikola Jokic. Su mejor cómplice, su fiel James Harden, desatinado en uno de esos de sus malos días en el tiro -15 puntos tras un 4/14 en lanzamientos-, pero lúcido repartiendo con 12 asistencias.

Calendario complicado

Lo que le queda a Dallas (11º con 37-40)

01/04 – Heat – Mavericks 

02/04 – Hawks – Mavericks

05/04 – Mavericks – Kings 

07/04 – Mavericks – Bulls

09/04 – Mavericks – Spurs

Las buenas intenciones se quedaron nada más que en Dallas, notablemente refrescado el conjunto de Texas en ambos lados de la pista tras la especie de reunión de reflexión y conjura que hubo en el vestuario tras los de los Hornets según Sports Illustrated. Con apenas cinco partidos por jugar, sigue el conjunto de Kidd fuera de las posiciones de ‘play-in’ con un calendario nada amable de aquí al final, con dos complejas visitas a Miami y Atlanta por lo pronto, ambas jugándose también las habichuelas.

Aunque el resultado lo eclipsará, en los Mavericks ha tenido lugar una repentina y asombrosa metamorfosis en su juego, como si esa corta jornada de reflexión entre el segundo partido de Charlotte y el de Indiana hubiera sido profunda y llegado al corazón del problema. 

Los Mavericks, -que llegaron a liderar de 10 en la recta final del segundo cuarto pese a que alcanzaran el descanso sólo 57-62 arriba-, desplegaron una ofensiva plural y diversa, con variadas alternativas en cantidad y calidad, sin que tuvieran que forzar nada Irving y Doncic salvo el final, donde hay que dar crédito a la defensa en zona de los Sixers, así como una mucho mayor presión sobre el balón.

Pese a que puede ser que haya llegado tarde, el conjunto de Texas intenta aliviar el enorme peso que ha estado soportando Luka durante la temporada en la medida de lo posible. Los movimientos en ‘pindown’ de Irving con los grandes poniendo la pantalla proporcionaron una fácil vía de puntos a Dallas, que encontraba otras maneras de romper la defensa en zona de Philadelphia con otras opciones como el interior apareciendo en el medio de esa zona con corte para llevar el juego de nuevo al perímetro y obtener tiros en ‘catch and shoot’, o un bloqueo ciego sobre Embiid tras ‘pick and roll’ para que llegara fácil a la pintura un Doncic que no penetró mucho.

El base jugó otras alternativas en el bloqueo directo como la continuación de Powell, Kleber o Wood sorprendiendo al africano o el pase invertido tras salir de bloqueo tras amagar con el ‘roll’. Pero también obtuvieron los Mavericks puntos en transición a raíz de una excelente defensa, con Powell plantando cara a Embiid y el ‘rescatado’ McGee protegiendo el aro en zona ante los intentos de penetración de Tyrese Maxey, un cuchillo aún así en contraataque y en el 1×1 en el perímetro, acabando con 22 tantos tras un 6/13 en tiros y un 4/9 en triples.

Pero, todo hay que decirlo, los Sixers no pusieron en práctica su verdadero plan, el pick and roll entre Embiid y Harden y los aclarados para el africano, hasta la segunda parte, al margen de aumentar la intensidad defensiva. El equipo de Doc Rivers se puso a recitar su principal discurso por el anillo en esa segunda mitad, obteniendo también puntos desde el banquillo con los 17 de De’Anthony Melton y los 14 de Georges Niang, sin desdeñar los 13 desde el quinteto titular de Tobias Harris, gran recurso en el poste.

Las dobles defensas a Doncic en las esquinas dieron rédito a Philadelphia, que pudo contener en el último cuarto la aceleración de Irving, tratando de domar el dolor de su fascitis plantar. Los 21 tantos de Tim Hardaway Jr. tras su 5/10 desde el 7,25 no dieron tampoco para evitar una nueva derrota de Dallas. Se acerca de manera inexorable al fracaso, pero, con este lavado de imagen, está todavía a tiempo del ‘más vale tarde que nunca’.




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