La tarde del lunes Mediaset ponía fin a una era que ha marcado a una generación de telespectadores que, mucho o poco, ha caído en sus garras en alguna ocasión. Después de 13 años en antena, la cadena despedía uno de sus programas estrella, Mujeres y hombres y vivecersa (MYHYV), un concurso de citas que ha emitido Telecinco primero y Cuatro después. Lo que nació como un programa de verano acabó convirtiéndose en uno de los espacios más veteranos de la televisión y no solo ha aportado nuevos términos al vocabulario español, como viceversos o tronistas, sino que ha servido de lanzadera a diversos realities para muchos de sus concursantes. También ha sido un escaparate para sus presentadores, apenas tres en casi tres lustros.
Emma García consagró su carrera de presentadora en la cadena vasca ETB2, pero su rostro entró en la mayoría de hogares españoles hace ya casi 20 años en Telecinco, cuando se puso al frente del programa A tu lado (2002), que duró en antena hasta 2007 y le dio dos premios TP de Oro. Mediaset ha sido su casa desde entonces y aunque ha presentado concursos de televisión como El juego de tu vida o Abre los ojos… y mira, un espacio de cuatro horas en directo que alternaba debates, entrevistas y reality show, ha sido Mujeres y Hombres y Viceversa lo que ha elevado a García a la categoría de una de las presentadoras estrella de la pequeña pantalla.
Tras diez años al frente de este concurso de citas en el que dejó ver su lado más sensible y también el más bromista (se la ha visto llorar de la risa por alguna ocurrencia de los concursantes), se puede considerar la reina de MYHYV por derecho propio. En 2018 García dejó su trono —compuesto por un simple cojín sobre las escaleras del plató desde donde conducía a los chicos y chicas que buscaban el amor— para ponerse al frente de un formato que recuerda a sus inicios en A tu lado, con Viva la vida.
En el último trimestre de 2018, los responsables de Mediaset quisieron dar una segunda vida al popular espacio y para ello optaron por cambiar a su rostro más visible, Emma García, por el de Toñi Moreno. Fue un intercambio bomba, pues Moreno pasó de presentar Viva la vida las tardes de los fines de semana, que conducía desde hace año y medio, a MYHYV; y García, al contrario: del concurso de citas se instaló en el programa vespertino.
Toñi Moreno empezó a trabajar en la televisión de su pueblo (Sanlúcar de Barrameda, Cádiz) a los 14 años y tras muchos años en la autonómica a sus 46 ya ha pasado por las tres principales cadenas nacionales. En 2013 su rostro y su nombre se hicieron populares al ponerse al frente de Entre todos, un espacio de La 1 de TVE que apelaba a la solidaridad ciudadana pero que se despidió tras protagonizar varias polémicas. Regresó en 2014 al frente de T con T, que solo estuvo en la parrilla dos meses por sus bajos índices de audiencia.
Cuando en enero de 2017 arrancó en Canal Sur el programa Gente maravillosa confesó ante los espectadores la mala racha que había pasado. “El último año y medio de mi vida ha sido durísimo, el peor”, dijo. “La vida es como una noria, unos días estás arriba y otros estás abajo. Lo destacable del ser humano es que seas capaz de remontar después de una gran caída. Vivir el éxito es fácil y cómodo, lo difícil es reinventarse y renacer”, explicó la periodista tiempo después en una entrevista con EL PAÍS. Cuatro años después, y tras haberse convertido en madre y haber sido sustituida en dos ocasiones (por Emma García en Viva la vida y por Jesús Vázquez en MYHYV) presenta en Canal Sur cada lunes en prime time el programa de entrevistas Un año de tu vida, escribe en la revista Lecturas, ha publicado un libro sobre la maternidad y sigue colaborando en Mediaset, aunque “no a los niveles de antes”, como reconoció en otra entrevista en este periódico a finales del año pasado.
El último cambalache de la cadena fue poner al frente de Mujeres y hombres y viceversa a Jesús Vázquez. A punto de cumplir los 55 y tras 18 años haciéndose cargo de prácticamente todos los talent y muchos de los reality shows de Telecinco, Vázquez volvió a finales de 2020 a sus orígenes. Pese a haber sido el que menos ha durado en el puesto, Vázquez ha revivido algunas de las situaciones televisivas que le convirtieron en el presentador de moda en los años noventa con programas como Hablando se entiende la basca o Gente con chispa. Y es que con el paso del tiempo, el gallego no ha evolucionado hacia formatos más serios, sino que se ha consolidado en el entretenimiento.
Haciendo gala de una gran versatilidad, y tras saber lo que es pasar varios años encontrándose las puertas cerradas tras el escándalo del caso Arny (por el que fue absuelto de una acusación de abuso de menores), ha declarado en más de una ocasión que para él, “lo importante es trabajar”. Aunque ello implique hacerse cargo de formatos menores de la parrilla, algo que se ha acentuado los últimos años. A Jesús Vázquez no le ha faltado trabajo, pero tampoco ha tenido el mismo reconocimiento de antaño. Su último prime time de peso en Mediaset fue La Voz, que la cadena perdió hace un par de temporadas en favor de Atresmedia y, mientras, él ha continuado al mando de formatos menores que han estado muy lejos de las cifras de audiencia y cotas de popularidad habituales en su trayectoria que han pasado sin pena ni gloria como Guerra de sesos, La guillotina, Me lo dices o me lo cantas, el talent culinario de repostería Bake off o su último programa, precisamente un dating show, Me quedo contigo, que recibió críticas nefastas.
En los últimos años ni con los cambios de presentadores ni con la creación de un trono gay Mujeres y Hombres y Viceversa ha sido capaz de remontar a una audiencia que, en sus mejores momentos, superaba el medio millón de espectadores, muchos menores de edad pese a su franja horaria (12.30 de la mañana de lunes a viernes). Parece que los chavales de hoy en día han cambiado sus preferencias y ya no quieren ser hombres musculados o mujeres de silicona con las cejas perfectamente depiladas o los dientes blancos relucientes. El auge de YouTube entre los más jóvenes ha hecho mucho daño. O ha salvado muchas vidas, según se mire.
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