Empate entre dos titanes en Nervión

Sevilla y Athletic demostraron en un gran partido que son dos grandes titanes en esta Liga y firmaron un empate justo, con una parte para cada equipo y en el que fueron de verdad. Los bilbaínos siguen mostrando su buen tono y siguen mostrando su fortaleza, mientras que los blancos pierden dos nuevos puntos en Nervión, donde no anda del todo fino.

Al equipo de Lopetegui se le atragantó el sistema de tres centrales del Athletic, que ya utilizó Gaizka Garitano en el Bernabéu. Con el músculo de Dani García y Vesga en el centro del campo y la mediapunta de Raúl García por detrás de Williams y Kodro, el equipo bilbaíno envolvió al tercero de la Liga inutilizando su juego y ahogando su salida de balón.

Lopetegui había dejado a De Jong en el banquillo optando por Munir como faro, aunque el movimiento que más sorprendió en su once inicial fue que Escudero, su sustituto natural, no ocupó en el lateral izquierdo la ausencia del sancionado Reguilón, sino que reubicó en ese costado a Koundé, un central que había jugado puntualmente en el lateral derecho, pero no en el izquierdo.

Y fue precisamente por esa zona por donde el Athletic sorprendió dejando helado el Sánchez Pizjuán al cuarto de hora. Con una falta desde campo propio buscó la subida de Capa, que le robó la cartera a Koundé y entró en el área con facilidad para superar por bajo a Vaclik.

Con el tanto se le hizo más cuesta arriba al Sevilla si cabe dominar el partido. El balón era de un Athletic bien ordenado y posicionado, mientras la grada nervionense empezaba a mostrar su descontento, máxime cuando en la última comparecencia del Sevilla ante su público perdió ante el Villarreal. Es un hecho constatable que este Sevilla de Lopetegui se desenvuelve mejor a domicilio que en casa, aunque en el último tramo del primer tiempo logró llegar algo más al área de Unai Simón, aunque más por impulsos y por los arreones de potencia de Ocampos que por un juego trenzado. El argentino protagonizó lo más parecido a una ocasión con una entrada en el área y un pase atrás que interceptó Simón, mientras que Banega rozó el gol olímpico estrellando un balón en el larguero en un saque de esquina.

En el descanso Lopetegui quiso corregir su propio error y puso en el campo a Escudero sacando a Koundé de esa posición antinatural que le había costado un gol al Sevilla. Sacó también a De Jong y colocó a tres centrales retrasando a Fernando y dándole la banda a Jesús Navas, que empezó a aparecer para activar el ataque blanco. Al minuto Munir ya tuvo en sus botas una ocasión clarísima al plantarse solo ante Simón, pero tras superar al meta visitante Yeray sacó el balón cuando ya se introducía en la portería del Athletic.

El Sevilla había despertado e, impulsado por la asociación Navas-Ocampos, sí consiguió someter a un Athletic que entonces sí sufría y que se tenía que conformar con salir a la contra en busca de la velocidad de Williams hasta que un golpe de Fernando lo dejó KO, dando paso a la opción Villalibre junto a la entrada de Unai López para tratar de contrarrestar el dominio sevillista, impulsado ya por el empate y con la clara ocasión que un minuto antes tuvo De Jong al enviar un pase de Jesús Navas al poste con todo a favor. El 1-1 llegó también en una acción por la derecha, cuando Ocampos metió un balón al área en busca del holandés y Unai Núñez introdujo el balón en su portería. En la media hora de juego restante, ambos equipos lo dieron todo sin poder desnivelar la balanza.