ERC exige diálogo pero ignora la comisión bilateral



El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en una imagen de archivo.Pau Venteo / Europa PressNo hay día en el que Esquerra Republicana no insista en la necesidad de reactivar la mesa de diálogo entre el Ejecutivo central y catalán. Los republicanos saben que el funcionamiento de ese foro es una pieza fundamental de su relato y de ahí el ahínco para desconfinarlo tras la pandemia. Ese llamamiento constante, sin embargo, chirría con el hecho de que ERC no use su prerrogativa para convocar ya la comisión bilateral entre Gobiernos, fijada en el Estatut, y en la que se abordan la colaboración, los traspasos y financiación, entre otros.Se trata de dos espacios diferentes y con objetivos distintos. Por un lado, la mesa de diálogo es el instrumento que ERC logró arrancarle al PSOE a cambio de abstenerse en la investidura de Pedro Sánchez, para intentar desatascar la situación política en Cataluña. La bilateral es un espacio de coordinación, fijado en el Estatuto de varias CCAA, y en el que se abordan, entre otros, conflictos competenciales o la programación de la política económica.La presidencia de la bilateral es rotativa y en 2020 corresponde a la Generalitat. Por tanto, compete al departamento de Acción Exterior y Relaciones Institucionales, en manos de los republicanos, convocar un nuevo encuentro. De momento no hay fecha. “Lo que pedimos es que se retome la mesa de diálogo, porque a partir de aquí se podrán derivar todas las otras cuestiones que están planteadas”, explican un portavoz de la consejería.Hace dos semanas, sin embargo, la portavoz del Govern, Meritxell Budó, había mostrado disposición a avanzar. “Hay muchos temas que como Gobierno tenemos que abordar más allá de la mesa de diálogo y requerirían de esta convocatoria”, aseguró en una rueda de prensa. Budó recordó que justo antes de la pandemia se ultimaba un orden del día, que debe ser compartido con el ministerio de Política Territorial. “Ahora hay que replantearlo todo”, agregó. El president Quim Torra, instalado en la queja por falta de recursos, tampoco presiona para reunir un foro idóneo para exponer sus planteamientos.El Govern renunció a participar en los órganos multilaterales con el Gobierno, como por ejemplo el Consejo de Política Fiscal y Financiera, que depende del ministerio de Hacienda. El coronavirus hizo volar por el aire ese planteamiento. El discurso oficial de la Generalitat es que ambos Gobiernos solo tengan relaciones bilaterales. Tras la moción de censura a Mariano Rajoy, en 2018, ambos Ejecutivos pisaron el acelerador para sacar del congelador la comisión bilateral, que no se reunía desde 2011.Transferencias pendientesDe la bilateral dependen otros cinco foros específicos, a las que se derivan las peticiones para tramitar los traspasos de competencias, los asuntos económicos o los conflictos competenciales. En las últimas reuniones, antes de las pasadas elecciones generales —entre la entonces ministra Meritxell Batet y el entonces consejero Ernest Maragall— se logró negociar los términos de leyes sociales como la emergencia habitacional, que había sido recurrida por Rajoy. También había un recurso sobre la ley de sanidad universal.Con todo, Cataluña no pacta la transferencia de alguna nueva competencia desde hace ocho años. Hay algunas en capilla y con los trabajos muy adelantados como la gestión de las becas universitarias, la formación sanitaria especializada de los MIR, el salvamento marítimo y en empleo y formación profesional.ERC, acusada últimamente por el independentismo más duro de rescatar la política de peix al cove de CiU (pactar en Madrid a cambio de competencias para Cataluña) ve en la bilateral un organismo demasiado autonómico y teme que su idea de centrar el diálogo en el conflicto político se vea desdibujada. “Son dos foros distintos”, recuerdan en la cúpula de ERC pero en la práctica lo que hacen es supeditar un espacio al otro. El Gobierno, por su parte, sabe que tampoco puede ni debatir en ese foro estatutario las peticiones independentistas del Ejecutivo catalán pero su receta para desinflamar la situación en Cataluña pase por resolver o al menos mejorar algunas de las deudas históricas que suelen reivindicarse en la bilateral.Las pegas de la Generalitat a la comisión bilateral quedarán aún más patentes cuando el Gobierno vasco, el próximo jueves, celebre la suya en la sede del ministerio de Política Territorial en Madrid. El PNV viene con los deberes hechos y saldrá con tres nuevas competencias bajo el brazo: prestaciones sanitarias del seguro escolar, las ayudas previas a la jubilación de afectados por ERE y legislación sobre productos farmacéuticos y tiene sobre la mesa la promesa de recibir el régimen económico de la seguridad social.


Source link