Jon Errasti está completamente convencido de lograr el ascenso a Segunda con la UD Logroñés, preciado botín que se encuentra a un solo partido de distancia. Si consiguen ganar el primer envite del playoff exprés, que les medirá el 18 ó 19 de julio a uno de los tres restantes campeones de grupo en Segunda B, Logroño y toda La Rioja estallarán de júbilo. A la espera de conocer quién, entre Castellón, Cartagena y Atlético Baleares, se cruza en su camino, el centrocampista eibartarra no tiene dudas sobre el desenlace.
“La verdad es que estoy bastante positivo y muy esperanzado”, admite en una entrevista ofrecida a los medios de club, hasta el punto de afirmar que “tengo claro que lo vamos a conseguir sí o sí”. El depósito de confianza de Errasti está a rebosar, aunque no se trata de un episodio de fe ciega sino de un simple ejercicio matemático. “Es cierto que ahora estamos con más ganas que antes de la crisis” porque, en el fondo, “estamos más cerca”. Después de suspender la competición y declarar a la UD Logroñés campeona del Grupo II, la pendiente se ha suavizado. “Antes quedaban 10 partidos y podían pasar miles de cosas, ahora realmente estamos a uno de conseguir ese sueño para todos”. Por eso, en el regreso a los entrenamientos hay “más ilusión, ganas y alegría” en palabras de Errasti.
Después de casi tres meses de incertidumbre y tristeza, parece que el sol vuelve a asomar en el horizonte. La UD Logroñés, que ya se ejercita en grupos reducidos y confía en ponerse a entrenar sin restricciones con la entrada de La Rioja en la fase 3, tiene todos los ingredientes para estar en Segunda en la temporada 2020/21. “A nivel grupal las sensaciones ya eran muy buenas antes de que pasara todo esto, tanto a nivel competitivo, como de fútbol y vestuario”, confirma.
De hecho, para Errasti la comunión de la plantilla es y será clave en playoff que se disputará dentro de mes y medio. “Todas las experiencias que he tenido en el fútbol me han enseñado que el vestuario es una cosa vital para lograr un objetivo grupal”, ya que “el compañero que tienes al lado es un amigo”, alguien con quien “irse a comer o a tomar una cerveza”. Esa relación fuera del terreno de juego se traslada al campo debido a que, según Errasti, “estarás más predispuesto a echarle una mano, correr y darlo todo por él”.
Triste por la afición
Errasti no esconde la tristeza que le invade por el hecho de tener que disputar este playoff exprés sin aficionados en la gradas. En el caso de la UD Logroñés, además, se trata del partido más importante de su historia reciente. “Debemos agradecerle a la afición todo lo que hemos vivido juntos pero desgraciadamente no vamos a poder estar juntos”, se lamenta.
Eso sí, el eibartarra confía en que “su fuerza nos llegará adonde estemos jugando”. De este modo, “lucharemos como guerreros, seguros de que traeremos ese ascenso a casa”, concluye.
Jon Errasti intenta sacar el lado positivo a la grave crisis sanitaria que se ha instalado desde hace tres meses. “Nadie ha vivido algo así y es algo de lo que tenemos que aprender”, indica, no solo por el fútbol o por competir sino por valorar cosas “que antes nos parecían banales”, como tomarte un café o estar con la familia. Considera el centrocampista que la pandemia “nos va a hacer mejores personas”. En el terreno personal, Errasti está feliz por haber regresado al terreno de juego. “En casa he tenido más trabajo que aquí con mi hijo Jon, ya que algunos días se me han hecho bastante largos. Me he dado cuenta de que no tenemos mucha paciencia”, revela. En el otro lado de la balanza, el futbolista ha podido disfrutar de cerca del crecimiento de su niño.
El confinamiento le ha servido para sacarle el máximo provecho a otras facetas de su vida. “Estuve a punto de subir un video cocinando pero fue un desastre de experiencia”, reconoce. Al menos, ha podido pintar, hacer puzzles, jugar con plastilina y hacer deporte en familia. Ahora, la acción se traslada al terreno de juego, donde acaricia el ascenso con la UD Logroñés.
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