Es lo que hay, mister Chen


No hay más cera que la arde. Esto es lo que hay, mister Chen. Canteranos, ilusión, entrega… pero de fútbol, bien poco. Y gol, ya ni le contamos. En una noche desapacible, en un estadio desangelado con la peor entrada de la temporada (10.615 espectadores), la ‘segunda unidad’ dio la de cal ante una afición destrempada (que alguien le diga lo que significa) por la deriva de un equipo que, si bien en Europa había ido haciendo los deberes, en la Liga va camino de irse al infierno, por no utilizar una palabra malsonante y maloliente. Hastiada de lo que había presenciado, la afición pitó a los suyos y los despidió con pañuelos. Lo más triste de todo es que los únicos aplausos que se escucharon anoche en el RCDE Stadium fueron en el minuto 21 en memoria del eterno 21. Bueno, y los que le dedicó al debutante Andrés Prieto, que no jugaba un partido oficial desde el 19 de mayo de 2018, cuando lo hizo defendiendo al Málaga.



Y eso que su Espanyol estaba en su competición fetiche, que le ha dado unos beneficios de dos millones de euros por las tres victorias y dos empates logrados, y en la que había establecido un récord, 26 partidos consecutivos sin perder, pero ni por esas supo acabar la fase de grupos con la cabeza alta ante un rival ya eliminado. Sólo faltaba que en el futuro se contagie en Europa de la pulmonía que en España lo tiene en la UVI con nueve puntos sumados tras 16 jornadas. No es para ponerle más nervioso de lo que ya debe estar, pero para salvarse su Espanyol necesitará sumar al menos 30 de los 66 que quedan por disputarse, es decir, ir casi a ritmo de ‘clasificación Champions’ de aquí al final para alcanzar la cota de los 40 puntos.

De momento, el domingo llega el Betis del ’amic’ Rubi. No sabemos si usted practica el budismo, el taoísmo o el confucianismo pero, en todo caso, por favor, rece.


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