Escenas de amor con maniquíes: la nueva normalidad en los rodajes de Estados Unidos

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La desescalada ya ha traído de vuelta la mayoría de los concursos televisivos. Pero en un mundo en el que la distancia social es la norma y las aglomeraciones están prohibidas, la nueva normalidad en la televisión se manifiesta en forma de gradas vacías. ¡Boom! ha regresado esta semana sin público en plató. Los Dispersos, el equipo que se mantiene en el programa desde el pasado mes de octubre, compite entre sí en unas ediciones especiales en las que la mitad del dinero acumulado se destina a la Organización Mundial de la Salud. En Ahora caigo, donde el juego de Arturo Valls con el público es parte fundamental de la diversión, se ha suplido su ausencia con grabaciones que se muestran en una pantalla gigante con personas anónimas haciendo el redoble de una de las pruebas u otros presentadores de la cadena animando a los participantes. Y para tratar de vestir el vacío, una de las gradas tiene fotografías a tamaño real de algunos de los habituales del público. Porque Palmira, el señor del Tirol o el Analista son tan parte del concurso como el presentador, Arturo Valls.Juanra Bonet, que presenta ¡Boom! desde sus principios, nota el cambio. “El público es un barómetro perfecto para saber cómo está funcionando el ritmo y el programa, y es bonito verles jugar, de manera más pasiva y en silencio, con las preguntas de los concursantes. Les echamos de menos y a muchos casi a nivel personal”, cuenta por teléfono en una pausa de las grabaciones del programa. A cambio, cree que los concursantes se enfrentan a las preguntas ligeramente más tranquilos en un plató vacío. “Es curioso, se sienten menos observados y menos expuestos sin público. Pero eso sí, esperemos que vuelvan todos y estén todos bien”.En otros casos, la ausencia de público presencial se ha solventado un experimento nunca visto hasta ahora en nuestra televisión: público virtual. Las galas de Operación Triunfo regresaron este miércoles con bailarines con mascarillas y sin el habitual jolgorio en las gradas y en el foso alrededor de la pasarela de su escenario. En condiciones normales, un total de 800 personas siguen en directo las actuaciones de triunfitos e invitados. Para que ese vacío no sea tan llamativo, la productora Gestmusic ha cubierto el hueco del plató de vegetación y luces y ha recurrido al público virtual, que se asomaba en decenas de pantallas detrás del presentador, concursantes y jurado.Casi 9.000 personas se apuntaron para formar parte de esta experiencia, de los que se eligen entre 200 y 400 personas por gala. Como explica Pere Prat, responsable de ingeniería técnica de Gestmusic, la conexión con el público virtual se hace a través de la plataforma para videoconferencias Zoom con una invitación personal enviada a aquellas personas que han sido elegidas y confirmadas previamente. “Nuestro público virtual está presente en todas y cada una de las pantallas que teníamos hasta ahora en plató, más de 300 metros cuadrados, además de pantallas especiales añadidas en distintos puntos para que así se haga más presente”, dice Prat. Un equipo de seis personas monitoriza de forma constante en directo a ese público: cuatro personas controlan las decenas de conexiones; otra está pendiente del sonido y otra se encarga de la comunicación con ellos. “Si alguna conexión se pierde o si se envían imágenes no apropiadas, un software creado expresamente para esta función nos permite sustituirla por otra”, aclara Prat. Si esta solución se mantendrá hasta el final de esta edición dependerá de los posibles cambios en la normativa oficial en las próximas semanas.También han tenido que tirar de imaginación en la productora Shine Iberia para retomar las grabaciones de Typical Spanish, un concurso para TVE presentado por Frank Blanco y en el que dos equipos de famosos se enfrentan apoyados por sus respectivas gradas, que incluso participan en algunas respuestas. El programa, que tiene a la cultura y costumbres españolas como hilo conductor, grabó tres entregas con público. La prohibición de su asistencia al plató coincidió con el día de grabación del cuarto programa. Con el estado de alarma, la producción se paralizó completamente durante dos meses. Pero antes de retomar el trabajo, pensaron cómo solventar la ausencia de público. La solución fue adaptar el decorado, originalmente compuesto por corpóreos que simulan monumentos emblemáticos españoles, por otros que incluyeran edificios en los que se pudiera abrir ventanas a través de las que se asomara el público virtual. Tras recibir el visto bueno de Talpa, propietarios del formato internacional (“les entusiasmó la idea y entendemos que lo van a adoptar en otros países también”, dice Ana Rivas, directora de Entretenimiento de Shine Iberia y productora ejecutiva de Typical Spanish), se pusieron manos a la obra.Así, 30 personas desde sus casas, 15 por equipo, son, desde la semana pasada, el público del programa. Los elegidos se conectan por videollamada y están en contacto continuo con el coordinador de público y con uno de los guionistas del espacio. En sus casas, reciben la señal realizada (la que se verá por televisión), además de su propia imagen y la de la grada con la que están jugando, como explica Rivas. Aunque el sonido del público se graba, no se emite en directo por el retardo de la conexión, por lo que refuerzan el ambiente con risas y aplausos grabados. Como dice Rivas, la ventaja para los miembros de este público virtual es que se ahorran el traslado al plató, “pero se pierden el directo, y no hay nada que lo pueda sustituir”.


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