La pandemia ha impactado con dureza en las cuentas públicas y ha acrecentado aún más la ya abultada deuda que tenía España, que alcanzará niveles récord este año. El Gobierno prevé que el pasivo rebase los 1,3 billones en 2020 y avance 23 puntos porcentuales con respecto a 2019, hasta el 118,8% del producto interior bruto (PIB). Se trata del mayor salto desde que hay registros y deja en nada los paulatinos descensos logrados estos años. En 2021 también crecerá por primera vez en casi una década la partida destinada al pago de intereses, según recoge el Plan Presupuestario que el Ejecutivo envió el jueves a Bruselas.
Ni las guerras, ni anteriores crisis económicas tildadas en su momento de sin precedentes han tenido impactos sobre la deuda tan profundos y agudos como el de la pandemia de coronavirus. Para encontrar crecimientos similares hay que dar un salto atrás en la historia hasta la guerra hispano-cubana de 1898, cuando la ratio de pasivo sobre el PIB creció también en 23 puntos, pero en dos años. En 1920, en la resaca de la mal llamada gripe española, la deuda avanzó 17 puntos porcentuales; en 1947, durante la autarquía, dio el salto hasta ahora más elevado: 22 puntos, siempre según los registros de la base de datos histórica de deuda pública del Fondo Monetario Internacional (FMI). Tampoco tuvo el mismo impacto la Gran Recesión, la principal responsable del aumento del pasivo en la última década y cuyas heridas aún no se habían cerrado del todo al estallar la emergencia sanitaria de la covid-19. En 2012, en plena crisis de la deuda europea, el avance fue de 16 puntos.
Según el Plan Presupuestario que el Gobierno ha enviado a las autoridades europeas, la deuda pasará del 95,5% del PIB del cierre de 2019 al 118,8% en 2020, con un aumento de unos 125.000 millones. Para 2021, se prevé que descienda hasta el 117,4%, pero solo por el crecimiento del PIB, porque la deuda en términos absolutos crecerá prácticamente lo mismo que este año. En total, una factura récord de 250.000 millones de deuda adicional en dos años. La razón de este ingente crecimiento está en la urgencia frente a la emergencia sanitaria, que ha disparado el gasto a la vez que la actividad caía por el cerrojo que se impuso —y las nuevas restricciones— para frenar los contagios. Una situación que ha aumentado inevitablemente las necesidades de financiación: para este año, se prevé que el Tesoro español aumente sus emisiones en 115.000 millones.
En el primer semestre de este año, la deuda pública ya ha aumentado en algo más de 100.000 millones hasta 1,29 billones y en casi 15 puntos porcentuales de PIB, hasta el 110%, según los datos publicados por el Banco de España. Esas cifras ya suponen un récord histórico en términos absolutos y el máximo en más de un siglo en proporción al PIB. Pero, además, la previsión es que el aumento continúe en el segundo semestre, al menos hasta ese 118,8% que prevé Hacienda.
“Nuestra previsión es incluso mayor, con una deuda en el entorno del 120% del PIB en 2020, así que la subida sería de 24 puntos porcentuales”, explica María Jesús Fernández, economista sénior de Funcas. El aumento tan fuerte de la deuda sobre el PIB también se debe a la caída de este último indicador. Funcas calcula que 2020 cerrará con un retroceso de la actividad del 13%, frente al 11,2% que estima el Gobierno y el 12,8% del FMI. “Y tal como está evolucionando la pandemia, hasta puede que la variación del PIB en el último trimestre del año sea negativa, aunque ligeramente, lo que condicionará mucho el resultado de 2021 y aumentará el riesgo de que las previsiones del Gobierno, ya de por sí optimistas, no se cumplan”, añade Fernández.
También el FMI estimaba en sus previsiones publicadas esta semana un incremento aún mayor de la deuda, hasta el 123% del PIB, con un salto de 27,5 puntos, en un año, el undécimo mayor de todo el mundo en 2020. El aumento está solo por detrás del de Japón y algo por delante de los de Italia y Canadá entre las grandes economías desarrolladas.
La otra cara de la moneda es que la política hiperexpansiva del BCE ha logrado mantener en mínimos los tipos, aligerando los costes de financiación de los países de la moneda única. El pronóstico es incluso paradójico: pese al aumento del endeudamiento, se calcula que España se ahorrará unos 2.000 millones en intereses este año respecto a los 28.349 millones pagados en 2019.
Para 2021, sin embargo, el Gobierno ha previsto que el gasto financiero crezca, aunque levemente. Se tratará del primer aumento en esta partida desde 2012, el año del rescate a la banca y del famoso whatever it takes del entonces presidente del BCE, Mario Draghi, quien aseguró —y cumplió— que haría todo lo posible para salvar la zona euro del colapso.
El Plan Presupuestario para 2021 contempla un gasto financiero de 26.800 millones, frente a los 25.900 presupuestados para 2020, aunque esta partida pasará de suponer el 2,3% del PIB este año al 2,2% el próximo, debido al rebote del 7,2% de la economía previsto por el Gobierno. Aun así, es habitual que el Tesoro haga unas previsiones prudentes y finalmente en el ejercicio se pague por intereses menos que lo presupuestado, como ha ocurrido en los últimos años. Queda aún lejos el máximo registrado en 2014, cuando se presupuestaron 34.000 millones para este capítulo.
El documento recoge también otras marcas históricas. En 2021 se alcanzará un nivel récord de ingresos y gastos públicos, según el Ejecutivo: la primera partida escalará hasta los 493.000 millones de euros, y la segunda hasta los 588.000 millones, arrojando un déficit del 7,7% del PIB. La previsión del Ejecutivo es que los ingresos crezcan con fuerza el año que viene, en 33.447 millones, gracias a la mejora del ciclo y a la creación de nuevas medidas fiscales que, según sus cálculos, brindarán 6.847 millones adicionales a las arcas públicas.
“Es un escenario muy optimista”, comenta José Carlos Díez, profesor en la Universidad de Alcalá. El Gobierno también ha aprobado para 2021 una subida histórica del techo de gasto, del 53% —hasta los 196.000 millones— gracias a la incorporación del primer tramo de 27.000 millones de los fondos europeos. “El problema es que no se van a ejecutar antes del tercer o cuarto trimestre del año que viene”, advierte Díez: “Y, lo más preocupante, es que la deuda pública no baje aunque venga la recuperación”. Una recuperación que, mientras la pandemia no se controle, seguirá rodeada por la incertidumbre.
El gasto alcanzará el 50% del PIB
La pandemia ha disparado el gasto del Estado y ha causado un pinchazo en los ingresos. El Plan Presupuestario desglosa que este año el gasto público se disparará hasta el 53% del PIB, el porcentaje más alto desde los noventa. En 2021, se reducirá al 48%, aunque en términos absolutos habrá un incremento de 2.419 millones más debido al repunte vigoroso de la economía, que aun así no será suficiente para volver a los niveles precrisis. Los ingresos públicos también se reducirán el año que viene hasta el 40,3% del PIB, frente al 41,7% de 2020. En este caso también aumentarán en términos absolutos, con 33.447 millones adicionales.
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