“Espero tener una constancia y hacerme fuerte”


“Espero tener una constancia y hacerme fuerte, y que sea un año importante para mí”. Iñigo Córdoba está ante un ejercicio vital para su carrera en su tercer curso como rojiblanco. Quiere ser importante y así lo manifestó en ‘La movida deportiva’, de Onda Vasca. Para eso tiene que seguir manteniendo las virtudes por las que Gaizka Garitano apuesta por él de manera frecuente. Como por ejemplo la audacia. “En eso me baso, si un extremo si no intenta… Tengo que ser un jugador que arriesga más que otros”, dijo uno de los futbolistas que mejores notas tiene en los tests físicos.



“A los extremos Gaizka nos pide que seamos verticales, tener llegada y sacar muchos centros y asociaciones con los laterales y los jugadores cercanos. Defensivamente, ayudar”, abundó Córdoba, que demandó “no alarmarse” por el bache de resultados. “Nos cuesta cerrar los partidos o hacernos más fuertes en el momento de ponernos por delante , porque sí que hicimos un buen partido ante el Valladolid”, aseguró.

En eso me baso, si un extremo si no intenta… Tengo que ser un jugador que arriesga más que otros

Por supuesto, se refirió a la situación de su gran amigo Unai Núñez. “Está tranquilo, con confianza y seguro que cuando tenga las oportunidades las va a aprovechar”, vaticinó el rojiblanco, que daría buena parte de su minuta por poder actuar con más frecuencia. “Dejaría de cobrar parte para jugar más minutos”, lanzó.

Unai está tranquilo, con confianza y seguro que cuando tenga las oportunidades las va a aprovechar

El extremo habló también del rival de este fin de semana, que cuenta con dos laterales muy físicos, “muy ofensivos con mucha tralla y calidad”. Y con un bloque más que rocoso. “El Atlético no es un equipo que juega mal, tiene claro a lo que juega. Juega muy bien a su manera”, le ensalzó.

En la entrevista Córdoba ensalzó la aportación de Williams y rescató una anécdota en categorías inferiores. “Una vez me echaron del entrenamiento por su culpa. Se fue por velocidad de mí, no sé si me tiró un caño, y me quedé quieto porque sabía que era imposible llegar. Vino el entrenador y me echó. Luego me reí y me echó la bronca. ‘¡Encima de que se va, no te rías!’, me dijo”.



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